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VIDEO | Las Parras: la cárcel que quiere redimir al sistema

Con participación de reclusos en su construcción y un modelo orientado a la reinserción, el nuevo centro penitenciario de Las Parras avanza como símbolo de renovación en un sistema marcado por el colapso, el hacinamiento... y viejas sombras de corrupción.

 A medio camino entre el cemento y la promesa, la cárcel de Las Parras emerge como la pieza central del nuevo modelo penitenciario dominicano.

Su construcción, actualmente con un avance del 65 %, avanza hacia la entrega de su primera etapa "en agosto o antes", según informó este viernes el ministro de Vivienda y Edificaciones, Carlos Bonilla, durante un recorrido por las instalaciones en proceso.

Las Parras  es una obra de infraestructura, pero también el intento más ambicioso del Estado dominicano de romper con décadas de hacinamiento, improvisación y violencia institucional. Una cárcel pensada no solo para encerrar, sino para formar, trabajar, y, eventualmente, liberar de otra manera.

De La Victoria al inicio de una reforma

Los primeros 2,400 internos que serán trasladados provienen del penal de La Victoria, ícono del colapso carcelario nacional. Lo harán bajo protocolos de seguridad y clasificación de comportamiento, priorizando a quienes exhiben buena conducta y disposición a integrarse a un régimen productivo.

El cuadrante A1, que los recibirá, ya se encuentra en etapa avanzada. El cuadrante A5 alojará las áreas administrativas.

El nuevo recinto contará con celdas conyugales, de reflexión, de máxima seguridad y adaptadas para personas con discapacidad. Se han proyectado aulas, iglesias, comedores, dispensario médico, edificio para visitas infantiles, talleres de producción y espacios agrícolas.

Una cárcel que se siembra desde adentro

Uno de los elementos más llamativos del proyecto es la participación activa de 90 reclusos en su construcción. Internos en fase final de sus condenas, provenientes de los CCR de San Pedro de Macorís y Monte Plata, trabajan en el acondicionamiento de áreas verdes y espacios productivos, incluyendo huertos escolares y granjas de conejos y gallinas, en coordinación con el FEDA, el Ministerio de Educación y las Fuerzas Armadas.

"Queremos que los internos participen desde el inicio, trabajando en lo que pronto será su nuevo hogar", afirmó Roberto Santana, director de la Oficina Nacional de Apoyo a la Reforma Penitenciaria (Onapre). La idea, según Santana, es que quienes entren a Las Parras no lo hagan solo como reos, sino como actores de su propio proceso de transformación.

El enfoque va más allá del discurso. La formación en horticultura y la habilitación de espacios productivos apunta a un sistema carcelario donde el trabajo, la educación y la disciplina sean parte estructural del día a día, no excepciones o proyectos marginales.

Entre la promesa y la herencia

El simbolismo de Las Parras es doble: intenta redimir  el sistema penitenciario dominicano y simultáneamente su propio origen institucional. El megaproyecto fue concebido durante el pasado gobierno y quedó marcado por escándalos de sobrevaluación, contratos irregulares y uso cuestionado de recursos públicos. Las denuncias alcanzaron a exfuncionarios de alto nivel, hoy bajo investigación o proceso judicial.

  • Rescatar Las Parras no ha sido solo una cuestión de cemento: también ha implicado reconstruir su legitimidad pública. Que hoy se exhiba como emblema de una nueva visión penitenciaria es también un esfuerzo por distanciarla del clientelismo, el lucro político y la indiferencia institucional que marcaron su arranque.

Un nuevo modelo... si se cumple

El Ministerio de Vivienda proyecta entregar el recinto completo —con capacidad para 8,000 internos— a lo largo del próximo año. Pero el desafío sobrepasa lo material. La verdadera prueba será sostener en el tiempo un modelo que hoy apuesta por la reinserción, la capacitación y el control disciplinario como ejes de una política carcelaria moderna.

Si Las Parras cumple con lo prometido,  será la evidencia dominicana de que es posible transformar la privación de libertad en un proceso humano, estructurado y orientado a la rehabilitación.

La historia reciente recuerda que  la corrupción también estuvo aquí. Las Parras deberá demostrar que no basta con encerrar para hacer justicia. Hay que construir con transparencia y, sobre todo, con la convicción de que quien está preso tiene derecho a algo más que un castigo: tiene derecho a otra oportunidad.

TEMAS -

Egresada de la Universidad Católica Santo Domingo. Apasionada por el periodismo humano, con experiencia destacada en temas políticos, culturales y de moda.

Fotoperiodista con estudios en informática y comunicación social. Laboró en la Cadena Capriles como coordinador de fotografía y video. Ha sido stringer para Getty Images, EFE, AP, Reuters y MexSport.