Casi mil hombres buscan ayuda para cambiar conductas violentas en el Centro Conductual del Norte
El objetivo del programa es modificar la conducta violenta de los agresores, garantizar la protección de las víctimas y promover convivencias saludables

El Centro de Intervención Conductual para Hombres de la Regional Norte, con sede en Santiago, presentó este miércoles sus principales avances y estadísticas, resaltando un notable incremento en la participación masculina en programas terapéuticos orientados a la modificación de conductas violentas.
Según detalló la directora del centro, Rosa Rojas, desde julio de 2024 hasta la fecha han ingresado 990 hombres, enviados principalmente por la Unidad de Violencia de Género.
De ese total, 338 permanecen actualmente activos en terapia, ya sea en grupos o en consultas individuales. El centro recibe un promedio de 27 nuevos usuarios por semana.
Rojas explicó que este espacio nació como iniciativa conjunta entre el Estado y organizaciones de la sociedad civil, un esfuerzo que, aseguró, ha permitido impulsar programas sostenibles en el tiempo y orientados a reducir la violencia desde su raíz.
Recordó que, aunque las primeras charlas para hombres agresores se impartían desde 2016, no fue hasta el 19 de noviembre de 2019 cuando el centro quedó formalmente aperturado como programa especializado para hombres en conflicto con la Ley 24-97.
La directora destacó que uno de los mayores retos iniciales fue la pandemia del COVID-19, que retrasó la ejecución del modelo terapéutico de intervención conductual.
Investigaciones académicas
Rojas aseguró que hoy el centro no solo lo implementa de manera plena, sino que también ha impulsado tres investigaciones académicas que analizan desde la percepción masculina sobre la violencia hasta los factores psicológicos y sociales que inciden en el abandono del proceso terapéutico.
Explicó que el objetivo central del programa es modificar la conducta violenta de los agresores, garantizar la protección de las víctimas y promover convivencias saludables.
Para ello, destacó que el centro trabaja en cuestionar los roles tradicionales, promover nuevas masculinidades e impulsar la igualdad de género como base para la prevención de la violencia.
"Una conducta violenta no se borra con una disculpa; requiere compromiso, coherencia y transformación", afirmó, agregando que los testimonios de los propios participantes muestran avances significativos en su manera de relacionarse.
La directora agradeció el respaldo continuo de organizaciones de la sociedad civil, entre ellas el Movimiento Vida Sin Violencia, el Núcleo de Apoyo a la Mujer, la Coordinadora de Mujeres del Cibao, el Centro de Desarrollo Local (Cideral) y la Fundación Luna, cuyo acompañamiento –subrayó– ha sido esencial para sostener el impacto comunitario del programa.
El encuentro incluyó la presentación de resultados preliminares de la investigación coordinada por el profesor José Tavárez sobre los factores asociados al abandono del proceso terapéutico, así como testimonios de usuarios que narraron su experiencia en el modelo conductual.



Edward Fernández