La encrucijada de Pujols; Clásico o MLB
El puesto en Anaheim puede ser un caramelo envenenado, pero se puede sentir en deuda

Albert Pujols construyó una carrera de leyenda que reventó sus cuentas bancarias gracias a una habilidad inusual de, durante 22 años, tomar decisiones correctas en menos de un segundo desde el home, como hacen los mejores corredores de bolsa en Wall Street. El pitcheo al que puede tener que hacer swing ahora requiere de tiempo para no poncharse feo.
Si bien el gerente Nelson Cruz responde con la diplomacia que manda el manual de comunicación estratégica, es entendible sus dudas de que Pujols deje la dirección del equipo dominicano al Clásico Mundial si se le ofrece el puesto con los Angelinos.
En el entorno del elenco nacional creen en el compromiso, por principios y coherencia de Alberto; por todo lo que representa para él y el desprendimiento que ha demostrado cuando se trata de asociarse y defender la dominicanidad.
Descender de ese cielo en el que se encaramó con una carrera de ensueño en Grandes Ligas; a asumir, sin necesidad, las riendas del Escogido fue un acto de un extraño despojo, una de esas movidas que no hay dinero que la motive. Se hizo humano, bajó de esa primera clase en jets privados a salir del Julián Javier en la madrugada, en el autobús de los jugadores por calles oscuras. La jugada le salió.
También creen que por las pobres perspectivas del club californiano en el mediano plazo se le puede decir que no. A Pujols lo unió el equipo de Anaheim una relación de puro negocio, no existe un apego similar al de San Luis, donde creció, se retiró y donde un día tendrá una estatua afuera del estadio.
¿En deuda en Anaheim?
Sin embargo, en la Fedobe no vislumbran que en una persona tan responsable pueda quedar una deuda con esa organización que, ya con 31 años, le dio un contrato de 240 millones de dólares por una década, pero que no terminó bien. Fue dejado libre en el segundo mes de su último curso.
- Los Angelinos no tienen, hoy, el material para competir en un salvaje Oeste con Marineros, Astros y Rangers.
No obstante, a un dirigente no se evalúa solo por el standing en un proyecto que ni con Ohtani y Trout junto llegó a playoffs, sino también por cómo utiliza los recursos y su habilidad para adaptarse al lenguaje sabermétrico del béisbol de hoy.
Pujols tiene 45 años y sabe de calvicie: Está consciente que, si bien son solo 30 puestos de dirigente, tarde o temprano su oportunidad puede llegar. Fernando Tatis padre y Pedro Martínez, por jerarquía, son dos serias opciones a ocupar el puesto en el conjunto duartiano, pero en Gilbert Gómez ven al Manny Acta de 2006... juventud, futuro y personalidad.