La noche que la música se abrazó con el fútbol
Cómo el Manchester City descongeló el reencuentro de Oasis

Cuando el Manchester City por fin ganó la Champions en 2023, me puse muy feliz. El fútbol le dio el abrazo que hace años le debía a Guardiola a nivel continental. Es un tipo a quien admiro y que, apartando colores y simpatías, siempre quiero que le vaya bien.
La alegría de aquel triunfo la sentí también, y sobre todo, del lado de la música. Un vínculo muy especial une al equipo inglés con los hermanos Gallagher; ese amor único del fanático por el equipo de toda la vida.
Entre peleas y desencuentros, los músicos desintegraron la banda Oasis en 2009 y por años bromearon diciendo que el reencuentro se daría después de que el City fuera campeón de Europa; y bueno, algo de cierto parece que hay en eso de que en broma se dicen cosas muy en serio.
El regreso se está dando este año en una gira que los ha llevado por todos lados llenando a capacidad los estadios de cada concierto. En el set, un escudo del Manchester City y una foto tamaño cuerpo de Pep adornan la tarima, como para que todos rindamos homenaje y agradecimiento a quienes gestaron el milagro de la vuelta.
Hace un par de días tocaron dos fechas en el Estadio Monumental de Buenos Aires en un marco que estuvo acompañados por varios elementos y significados de fútbol, por la banda, la cancha y ese público argentino que vive los recitales con una pasión difícil de encontrar en otros lados.
Las canciones se sucedían en medio de un mar de emociones que terminó desatando lágrimas incontrolables, incluyendo las mías cuando apareció de repente una gran imagen de Maradona en el escenario mientras tocaban la canción Live Forever. A una semana de cumplirse el quinto aniversario de su muerte, fue un detalle tremendo para hacernos sentir que Diego sigue muy vivo en nuestros corazones.
Fue una noche muy íntima, donde la música se encontró con el fútbol y se dieron uno de esos abrazos capaces de suspender el tiempo por un instante. Dos horas de plena comunión en una cancha de River repleta, donde la gente saltaba y nunca paró de cantar. Recordándonos ese poder que tienen para encontrar la forma de quedarse vibrando en nosotros.

Francisco Lapouble