Un programa reintegrará hasta a 26,000 reclusos a la sociedad a través de la agricultura
El programa dotará a los internos de herramientas y conocimientos esenciales en producción agropecuaria

El Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA) y la Oficina Nacional de Apoyo a la Reforma Penitenciara (Onaprep) firmaron un acuerdo para la ejecución del programa "Sembrando en libertad", que busca incentivar la agricultura como oficio para unos 26,000 reclusos que forman parte del sistema penintenciario nacional.
El programa dotará a los internos de herramientas y conocimientos esenciales en producción agropecuaria, promoviendo el cultivo de hortalizas, vegetales, coco y cacao, así como la producción de carne de conejo, pollos y tilapias, entre otros rubros.
Esta producción será para el autoconsumo dentro de los recintos y la comercialización, proporcionando además una oportunidad de aprendizaje que les permitirá, al recuperar su libertad, reintegrarse a la sociedad con habilidades técnicas y la posibilidades económicas de emprender su propio negocio en el sector agropecuario.
La meta del programa es establecer, en una primera etapa:
- 19 unidades productivas de hortalizas y vegetales en centros penitenciarios
- disminuir el gasto en compra de alimentos procesados en los centros penitenciarios beneficiados
- habilitar y utilizar al menos el 70 % de los espacios disponibles en los centros penitenciarios seleccionados
- capacitar a un mínimo de 5,000 internos en técnicas agropecuarias.
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Granjas como terapia ocupacional
El director ejecutivo del FEDA, Hecmilio Galván, aseguró que el programa pretende, además de capacitar, lograr la instalación de granjas y parcelas modelos como terapia ocupacional y, sobre todo, para donar un pequeño capital semilla que permita que los privados de libertad tengan una fuente de ingreso productivo al cumplir su condena, y así garantizar una inserción social correcta.
En tanto, el director del Onaprep, Roberto Santana, puso a disposición del FEDA los espacios vacíos dentro de los recintos penitenciarios para convertirlos en áreas productivas, sirviendo como modelo de autosuficiencia alimentaria en los centros correccionales.
Además, los privados de libertad recibirán capacitación en prácticas agropecuarias, desarrollando habilidades técnicas que les serán útiles al reintegrarse a la sociedad.
La firma del acuerdo entre ambas instituciones se realizó en el Centro de Corrección y Rehabilitación de las Parras en Guerra.