Moody´s mejora la calificación crediticia del país, pero señala desafíos fiscales
Eleva la calificación a "Ba2" con perspectiva estable, la primera mejora desde junio del 2017
Mantener la calificación dependerá de cómo el Gobierno maneja la deuda y el riesgo cambiario

La agencia calificadora de riesgo Moody´s Ratings ha mejorado la evaluación crediticia de la República Dominicana, elevándola desde "Ba3" a "Ba2" con perspectiva estable. Esta nota (elevada por primera vez desde el 2017) destaca la fortaleza macroeconómica del país y su avance en materia institucional, pero dependerá de un crecimiento económico sostenido y de una mayor reducción de la deuda externa para mantenerse.
Según el informe publicado este viernes, Moody´s resalta que la economía dominicana ha mantenido una tasa de crecimiento promedio de 5 % anual durante los últimos 15 años, como resultado de una economía estable con segmentos productivos diversos y reformas aplicadas, destacando sobre todo el fortalecimiento de las instituciones gubernamentales tras la pandemia del covid-19 y de frente a una "sociedad civil activa".
Sin embargo, reconoce que el país se encuentra "en una posición fiscal débil" en comparación con sus pares de la región, y enfrenta "desafíos crediticios persistentes", relacionados con una base de ingresos limitada y una alta exposición del endeudamiento en moneda extranjera, en ausencia de reformas significativas para aumentar las recaudaciones.
Valora estabilidad y niveles de inversión extranjera
Uno de los aspectos valorados para incrementar la calificación a República Dominicana fue su "elevada estabilidad política", especialmente cuando se le compara con países con calificación Ba, un factor que lo ayuda a atraer, de manera sostenida, altos niveles de inversión extranjera directa.
"Estos factores respaldan las reservas de divisas del país, que se mantienen en niveles históricamente altos, fortaleciendo su posición externa y limitando su vulnerabilidad frente a eventos de riesgo", agrega.
La agencia también destaca mejoras en la administración pública, reflejadas en una mayor capacidad de planificación fiscal, un manejo prudente de la deuda y una cohesión política y social que contrasta con la elevada polarización observada en otros países de la región.
Déficit fiscal
La agencia prevé un déficit fiscal del Gobierno general de alrededor del 3.2 % del PIB en el 2025, y de aproximadamente 3.0 % en los años siguientes, resultando en la estabilización de la carga de la deuda en torno al 48 % respecto al PIB para los próximos dos años.
"Sin embargo, con ingresos gubernamentales equivalentes al 16 % del PIB, la recaudación está entre las más bajas con calificación Ba (con una mediana del 28 %)", observó.
- A esto añade que, solo en el 2024, los pagos de intereses representaron el 21 % de los ingresos de Gobierno, y alrededor del 66 % de la deuda está denominada en moneda extranjera.
"De cara al futuro, si bien esperamos que el gobierno dé prioridad a las emisiones de deuda en moneda local y adopte medidas administrativas para mejorar gradualmente la recaudación y reducir la evasión fiscal, junto con reformas de ingresos más profundas, es probable que la asequibilidad de la deuda siga siendo significativamente más débil que la de sus pares, lo que limitará la calificación en el nivel Ba2 en el corto y mediano plazo", advirtió.
¿Qué podría variar?
Mantener o mejorar esta calificación va a depender de si la asequibilidad de la deuda se incrementa, a la vez que la exposición a la moneda extranjera disminuye.
"Una mayor capacidad de pago de la deuda, respaldada por un aumento de los ingresos de Gobierno a través de reformas tributarias amplias mejoraría la posición fiscal del país y su perfil crediticio soberano en general", apunta.
Por el contrario, si el crecimiento económico resulta ser más débil de lo que se espera de forma sostenida, si las perspectivas económicas se deterioran significativamente, o si las autoridades se desvían de sus planes de consolidación fiscal a largo plazo, esta nota crediticia podría enfrentar tensiones a la baja.
"Un debilitamiento de las cuentas externas, con un aumento persistente del déficit en cuenta corriente o una caída sostenida de las reservas en moneda extranjera, también ejercerían presión a la baja sobre el perfil crediticio soberano", concluyó Moody´s.