Expertos advierten que la cooperación global es la clave CyberWeek@LAC4 2025
En la inauguración del foro CyberWeek@LAC4 2025, identificaron las amenazas más peligrosas para la seguridad digital mundial

La creciente sofisticación de la inteligencia artificial aplicada al cibercrimen solo podrá ser enfrentada mediante una red global de especialistas que compartan información, evolucionen sus métodos y actúen coordinadamente.
Así lo plantearon expertos internacionales durante la inauguración del foro CyberWeek@LAC4 2025, celebrado en Santo Domingo, donde identificaron al ransomware, los stealers, los botnets y el malware modular como las amenazas más peligrosas para la seguridad digital mundial, indicaron los organizadores en una nota de prensa.
El acto fue encabezado por Melvin Asin, director de Cooperación de la Unión Europea en el país; Lina Areng, directora de LAC4; Michel Segura, comandante de División de la Policía de Francia y alto funcionario de EL PACCTO 2.0; y Guido Gómez Mazara, presidente del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel).
Un encuentro regional
Al encuentro asisten especialistas de 30 países de Europa, Estados Unidos y América Latina, incluido el matemático dominicano Juan Luis Vargas Molina, fundador de FACTOR y responsable del taller sobre alertas continuas frente a ataques al e-ID y certificados digitales.
Lina Areng destacó que cerca de 600 expertos de la Unión Europea integran una red defensiva que constituye un "cerebro humano colectivo", capaz —dijo— de seguir superando a la IA criminal.
Afirmó que, en situaciones de crisis, la intuición, la confianza y la experiencia humana continúan siendo irremplazables, especialmente en un contexto global marcado por tensiones geopolíticas, ciberataques diarios y escenarios híbridos que se han intensificado desde la invasión rusa a Ucrania.
Por su parte, se destacó en el comunicado, Michel Segura advirtió que los ciberataques representan hoy uno de los desafíos más complejos y costosos para los Estados, las instituciones y el sector privado.
Estas acciones, explicó, ya no son incidentes aislados sino una industria criminal global con alta capacidad de adaptación, dirigida contra hospitales, sistemas energéticos, universidades, plataformas judiciales y servicios públicos. Sus efectos —subrayó— trascienden lo tecnológico: tienen impactos económicos, sociales y políticos.
Segura insistió en que el malware contemporáneo es, por definición, transnacional: puede desarrollarse en un país, alojarse en servidores de otro, comercializarse en mercados clandestinos internacionales y terminar afectando a víctimas en diversos continentes. Ante ello, dijo, ninguna nación puede responder en solitario.
La cooperación, el intercambio de inteligencia y el fortalecimiento colectivo son la única vía para frenar la expansión del cibercrimen impulsado por inteligencia artificial.

