Migrante gallego en Latinoamérica, de 'chiste' a puerta de entrada a Europa
Ese "cambio de imagen" o de percepción de Galicia y sus habitantes no obedece tanto a los cambios en esta comunidad, sino más a una "necesidad de emigrar" por motivos económicos de personas de varios países latinoamericanos, apuntó el historiador Carlos Sixirei

La percepción hacia los emigrantes gallegos, que en el pasado fueron objeto de 'chistes' despectivos en algunos países de Latinoamérica, cambió en los últimos años ante la ambición de muchos Latinoamericanos de conseguir un acceso a Europa acreditando su vinculación con la región española de Galicia para obtener la nacionalidad o la residencia.
Así lo indicó el historiador Carlos Sixirei durante la presentación de un documental audiovisual sobre el programa radiofónico en lengua gallega 'Siempre en Galicia', que cumple 75 años de difusión todos los domingos en Montevideo.
- "Hemos pasado de ser galleguitos de mierda como lo éramos no hace tanto tiempo" a aprovechar el recurso de disponer "de un abuelito o abuelita originario de esa esquina de la península ibérica para poder acceder fácilmente a emigrar a Europa", afirmó Sixirei.
Ese "cambio de imagen" o de percepción de Galicia y sus habitantes no obedece tanto a los cambios en esta comunidad, sino más a una "necesidad de emigrar" por motivos económicos de personas de varios países latinoamericanos, apuntó el historiador.
Migración a América Latina de más de un millón de gallegos
La "última oleada histórica de emigración gallega" a Uruguay y Argentina, dos de los países que concentran una elevada población de origen gallego, fue en la década de 1950, según Sixirei, de 76 años.
Del más de un millón de gallegos que emigraron entre finales del siglo XIX hasta mediados del XX, principalmente a Latinoamérica y otros puntos de Europa, el Gobierno regional de Galicia calcula "en torno a un millón" la diáspora integrada por sus descendientes y personas vinculadas a esa cultura.
El secretario xeral de Lingua (secretario general de lengua del Ejecutivo gallego), Valentín García, que también participó en el acto, afirmó que ese cálculo incluye a "gallegos en un sentido amplio", es decir tanto a descendientes con acceso a la nacionalidad española, como a los "vinculados" a casas de Galicia o centros gallegos en el exterior, que son "gallegos por elección".
García, sociolingüista, reconoció las dificultades para determinar "cuántos hablan gallego" entre la diáspora.
Sin embargo, Sixirei comparó esa situación con la de la comunidad judía en Montevideo, al señalar que probablemente "ninguno" de sus miembros hable yiddish, el idioma de los asquenazíes de Europa Central y Oriental que emigraron a Latinoamérica para evitar la persecución del régimen nazi, y no por ello dejan de ser judíos.
El director del documental 'Sempre en Galicia', el argentino de origen gallego Xan Leira, consideró que "no hay sociedad en el mundo que sea dócil a la llegada de gente foránea, distinta, que piensa, se viste y habla en otra lengua extranjera", por lo que persiste una actitud "refractaria" a esos movimientos de población.
"Muchos gallegos que emigraron a Argentina estuvieron años de forma clandestina porque el modelo económico que facilitó la inmigración masiva quería nórdicos, no latinos ni españoles", incluso "protestantes" por considerar que encajaban mejor con una mentalidad capitalista "necesaria para el desarrollo económico", afirmó.
En ese sentido, "los gallegos eran absolutamente maltratados" de manera "sistemática" al constituir "lo peor de la sociedad", según Leira, una percepción modificada en los últimos años por los cambios económicos.
El Gobierno gallego lleva a cabo desde hace años programas para facilitar el retorno de la diáspora, intensificados ante los problemas de una población envejecida y de la falta de trabajadores para determinados empleos en la región, y calculan que hay "cerca de 500.000 retornados", en los últimos años procedentes principalmente de países como Colombia o Venezuela.