Diez años después, Cachemira vuelve a las urnas para las elecciones locales
En 2019 se abolió la autonomía del Estado de Cachemira en nombre de la seguridad
Se abren las elecciones en Jammu y Cachemira (India), unos comicios muy simbólicos para el primer ministro Narendra Modi. En 2019, abolió la autonomía del Estado de Cachemira, de mayoría musulmana, en nombre de la seguridad. Un giro autoritario apreciado por los nacionalistas hindúes, pero censurado por los activistas de derechos humanos.
Son las primeras elecciones locales en Cachemira desde que fue brutalmente reorganizada por el primer ministro indio Narendra Modi. Son elecciones locales, pero la cuestión de Cachemira es tan explosiva para el gobierno de Modi que tiene resonancia internacional.
Un poco de historia: el antiguo reino de Cachemira se unió a India en 1947 tras la independencia. Deseoso de conservar su autonomía, dispone de una constitución con parlamento y leyes específicas: India sólo se ocupa de asuntos exteriores y defensa.
Giro autoritario en Cachemira
Esto es lo que Modi hizo añicos en 2019. Cachemira se transformó en dos entidades separadas: Ladakh, un vasto territorio del Himalaya, y Jammu y Cachemira.
Cachemira pierde su condición de Estado y se convierte en territorio de la Unión, bajo el control directo del Gobierno central, sobre todo en materia de seguridad. La libertad de expresión desapareció y muchas figuras políticas fueron encarceladas.
Con estas elecciones, Narendra Modi está mostrando los resultados de sus políticas. Para los nacionalistas hindúes, la abolición de la autonomía en este Estado musulmán era una antigua reivindicación.
Según Modi, que hizo campaña allí esta semana, esta reorganización ha contribuido a estabilizar la situación de seguridad. La frontera de Cachemira está en disputa con Pakistán y allí actúan muchos grupos rebeldes.
También elogió el desarrollo del turismo gracias al fin de las leyes territoriales que favorecían a los cachemires. Por último, estas elecciones son una forma de responder a las críticas sobre la suspensión de la democracia, procedentes de la oposición, la ONU y el Tribunal Supremo indio, que exigían estas elecciones.
Es, por tanto, una señal de vuelta a la normalidad, aunque esta nueva asamblea tendrá mucho menos poder. Y aunque RFI, como el resto de la prensa internacional, no haya sido autorizada a visitar el país.
El BJP no es muy popular en Jammu y Cachemira
Pero las fuerzas que actúan en estas elecciones son poco favorables al BJP, porque la mayoría musulmana ha vivido este giro autoritario como una traición.
Están la Conferencia Nacional, un partido tradicionalmente socialista, el Partido Democrático Popular de JK, del que procede el anterior líder de Cachemira, y el Partido del Congreso, principal partido de la oposición en India. Todos ellos han prometido devolver a Cachemira su condición de Estado, aunque esto parezca institucionalmente complicado.
El partido nacionalista hindú BJP de Narendra Modi no es muy popular en el valle de Cachemira, pero ha progresado, sobre todo en Jammu, donde los hindúes son más numerosos, por lo que Modi espera ganarse su aprobación.
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