"El campus se volvió peligroso": caso de violación en universidad de Kolkata que sacude a la India
El caso estalló mediáticamente cuando una estudiante denunció haber sido víctima de violación dentro del mismo campus

Lo que debía ser un espacio de formación y futuro se ha convertido en un entorno de miedo para muchas estudiantes de un colegio de derecho en el sur de Kolkata.
Monojit Mishra, conocido como "Mango" entre sus compañeros, fue acusado de violar a una estudiante de primer año y expulsado en 2021 por antecedentes criminales. Pero en un giro incomprensible, volvió al campus en 2024 como parte del personal ad-hoc. Desde entonces, el miedo se instaló entre los pasillos.
"Después de que Monojit regresó al campus, el ambiente cambió drásticamente... y para peor", relata una estudiante de segundo año que prefirió no revelar su identidad.
"Su sola presencia me intimidaba. Dejé de ir a clases. Muchas chicas hicieron lo mismo. Empecé a enfocarme en pasantías", ella comentó.
No fue la única. La matrícula femenina se desplomó. La universidad, que solía ser un semillero de futuros abogados, se transformó en un espacio de ausencias forzadas y silencio cómplice.
Monojit no sólo fue acusado de violación, también se le señala por hostigar, tomar fotos de estudiantes sin su consentimiento y compartirlas en grupos de chat. Algunos lo describen como alguien con una especie de "estatus de semidiós" en el campus, protegido por redes de poder e impunidad.
"Le proponía matrimonio a cualquier chica. Sabía que nadie le pondría un alto", dice un estudiante de cuarto año. Incluso estudiantes varones reportaron haber sido intimidados por él.
Caso de violación
El caso estalló mediáticamente cuando una estudiante denunció haber sido víctima de violación dentro del mismo campus, presuntamente por dos estudiantes, un exalumno y un guardia de seguridad. Monojit aún no ha sido vinculado directamente a ese caso, pero el patrón de violencia y permisividad volvió al centro del debate.
La situación escaló hasta alcanzar el ámbito político. Manas Ranjan Bhunia, ministro del gobierno de Bengala Occidental, provocó una tormenta cuando calificó como "pequeño incidente" un hecho que muchos atribuyeron a la agresión sexual de Kasba, el barrio donde ocurrió el ataque.
Tras el repudio público, Bhunia aseguró que sus palabras fueron sacadas de contexto y que se refería a otros temas, no a la violación.
El partido gobernante, Trinamool Congress (TMC), respaldó la versión de su ministro y acusó a la oposición del BJP de tergiversar sus declaraciones. Pero las aguas ya estaban agitadas. El BJP no perdió oportunidad para acusar a la administración de Mamata Banerjee de "normalizar las agresiones sexuales".
Citaron otras declaraciones controversiales de líderes del TMC como Madan Mitra, quien culpó a la víctima por salir sola, y Kalyan Banerjee, quien desestimó la responsabilidad policial con la frase: "¿Qué puede hacer la policía si un amigo viola a una amiga?".
Estos comentarios desataron un repudio generalizado. "A veces cuestionan el carácter de la víctima, otras veces la hacen responsable de su propia violación. Así no se puede vivir", escribió en redes el líder opositor Adhir Ranjan Chowdhury.
Mientras la disputa política crece, las estudiantes siguen viviendo con miedo. Algunas han abandonado sus estudios, otras sólo asisten al campus para rendir exámenes. El daño ya está hecho. Y la pregunta es directa: ¿cómo pudo regresar al campus alguien acusado de un crimen tan grave? ¿Y quién lo permitió?
Este caso no solo expone la vulnerabilidad de las mujeres en instituciones educativas, sino también el peso del poder político y las estructuras que lo sostienen.
En la India de 2025, donde la violación sigue siendo un trauma colectivo, el regreso de Monojit a una universidad estatal no es sólo un error administrativo: es una declaración de impunidad.