Macron descarta un gobierno de la coalición de izquierda y continúa las consultas con partidos
El presidente francés descarta a Lucie Castets y apunta a una figura consensual
El presidente francés, Emmanuel Macron, rechazó este lunes nombrar como primera ministra a una candidata de izquierda, en nombre de la "estabilidad institucional", y convocó una nueva ronda de consultas con partidos y "personalidades" para superar el bloqueo político.
Han pasado más de 40 días desde que Macron decidió disolver la Asamblea Nacional y aún no hay primer ministro en Francia. El presidente francés conmocionó al país al convocar a elecciones legislativas el 30 de junio y el 7 de julio pasados, casi tres años antes de lo previsto, con la expectativa de una "aclaración" del panorama político tras la victoria de la ultraderecha en los comicios europeos.
Sin embargo, las urnas arrojaron una representación atomizada, aglutinada en tres grandes bloques (coalición de izquierda, centroderecha y extrema derecha-, sin que ninguno alcanzara la mayoría de 289 para gobernar. Tras una primera ronda de consultas con los dirigentes de todos los partidos, Macron descartó el lunes entregar Matignon (sede del gobierno del primer ministro) a la coalición de izquierda, Nuevo Frente Popular (NFP), conformado por socialistas, comunistas, ecologistas y La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical).
Esta coalición fue la más votada, con 193 diputados y reclama formar gobierno, para lo que propuso como primera ministra a la economista Lucie Castets, de 37 años. Macron enterró esta posibilidad a través de un comunicado del Palacio del Elíseo.
"Un gobierno basado únicamente en el programa y los partidos propuestos por la alianza con mayor número de diputados, el Nuevo Frente Popular, sería inmediatamente censurado" en la Asamblea (cámara baja), subrayó en un comunicado el jefe de Estado.
"La estabilidad institucional (...) impone no retener" la opción de Castets, según reza la declaración.
La declaración provocó una firme protesta de la coalición de izquierda. "El presidente acaba de crear una situación excepcionalmente grave", escribió en la red social X el líder de LFI, Jean-Luc Mélenchon, reiterando que su formación presentará una moción para destituirlo.
El líder comunista, Fabien Roussel, llamó a "una gran movilización popular" en "los próximos días" y la ecologista Marine Tondelier criticó la "peligrosa irresponsabilidad democrática" de un presidente que, a su juicio, causó el bloqueo con el inesperado adelanto electoral.
Macron anunció que continuará las consultas para encontrar un nuevo primer ministro capaz de sortear las mociones de censura del resto del arco político. Varios analistas apuntan a que Macron busca partir la coalición de izquierda para lograr el apoyo de los socialistas a una figura consensual, como podría ser el ex primer ministro socialista Bernard Cazeneuve, de centro izquierda.
La razón del bloqueo radica en el sistema semi-presidencial francés. A diferencia de los países vecinos, donde el poder de los jefes de Estado es protocolario, Macron, cuyo mandato termina en 2027, comparte el poder ejecutivo con el gobierno, que puede ser de otro color político ("cohabitación").
Y le corresponde nombrar al jefe de gobierno. "Mi responsabilidad es garantizar que el país no quede bloqueado ni se debilite", aseguró en el comunicado, apelando a "los partidos de gobierno" a no olvidar "las circunstancias excepcionales" de la segunda vuelta.
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