Suecia pierde poco a poco su posición de líder en la lucha contra el calentamiento global
De pionero en la lucha contra el calentamiento global a un alumno mediocre
Suecia, antaño campeona en la protección del medio ambiente y la lucha contra el calentamiento global, está perdiendo terreno progresivamente. Científicos y ONG, así como la industria, temen que el país esté perdiendo su posición de líder en la transición ecológica, posición que adquirió a principios de los años noventa.
Hasta ahora, Suecia era un ejemplo en Europa e incluso en el mundo. Pero en los últimos tiempos, Suecia ha pasado de ser el primero de la clase a ser un alumno mediocre en lo que se refiere a políticas climáticas.
Y ello a pesar de que el país se había fijado el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono en 2045, adelantándose al objetivo de 2050 fijado para la Unión Europea.
Hay que reconocer que el Reino empezó con muy buen pie. Fue el primer país en introducir un impuesto sobre el carbono, por ejemplo, en 1991.
También fue el país de la Unión Europea que más redujo sus emisiones de gases de efecto invernadero, con un descenso del 33% entre 1990 y 2021. El resultado es la huella de carbono más baja de Europa, en torno a las 5 toneladas per cápita.
Los vientos empezaron a cambiar en 2022, cuando la coalición de derecha, apoyada por la extrema derecha, llegó al poder. La lucha contra la inflación y el aumento del poder adquisitivo se convirtieron en la prioridad, y la ecología en una variable de ajuste.
Y este fenómeno tiene incluso un nombre: "green-blaming", una tendencia que consiste en hacer de la ecología el chivo expiatorio de todo lo que va mal.
En el ámbito de la ecología, en 2024 el país registró por segundo trimestre consecutivo sus emisiones más altas desde 2010, si no contamos el repunte poscovid. Y este aumento, aunque moderado, se mantendrá hasta el final de la década.
Suecia está dando marcha atrás en varios frentes, sobre todo en su política de transportes:
- El fin de los incentivos para compartir coche y el uso del transporte público.
- El fin de las subvenciones a los parques eólicos marinos y a los trenes de alta velocidad.
- El aumento de las subvenciones a los combustibles fósiles.
- El fin de los créditos fiscales para la compra de coches eléctricos.
- La reducción de la cuota de biocombustibles.
- El fin de los criterios climáticos en la adjudicación de contratos públicos.
Y la lista continúa.
El inicio de Greta
Suecia es el país donde empezó todo para Greta Thunberg, la militante que se niega a volar.
Hasta ahora, el país era conocido por su "flygskam", la vergüenza de volar, pero el 3 de septiembre de este año, el país anunció que daría marcha atrás en el impuesto sobre el transporte aéreo introducido por la izquierda en 2018.
Dos meses después, el 1 de noviembre, se suprimió el impuesto sobre las bolsas de plástico compradas en las cajas. Sin embargo, esta medida había demostrado su eficacia. La media de bolsas de plástico compradas por persona cayó de 74 en 2019 a 17 en 2023.
Es cierto que, con 10 millones de habitantes, la población de Suecia no es la mayor de Europa, pero históricamente fue el país que tiró de las políticas medioambientales europeas hacia arriba. Marcó el camino.
Sin embargo, en comparación, Suecia sigue a la cabeza en cuanto a políticas medioambientales. En 2022, el Índice Global de Economía Verde clasificó a Suecia como el tercer país más verde del mundo.
Aunque el país dé un paso atrás, mantiene que quiere alcanzar la neutralidad de carbono en 2045, cinco años antes que los demás.
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