Los candidatos se trenzan en un duro debate dominado por la inmigración y el ascenso de la AfD
Robert Habeck y Olaf Scholz desafían a la extrema derecha en un tenso debate
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Durante dos horas, el canciller socialdemócrata saliente Olaf Scholz, el líder conservador Friedrich Merz, el líder del Partido Verde Robert Habeck y la figura del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, se enzarzaron en una batalla televisada sin concesiones.
Alemania entra en los últimos días de su campaña electoral para las elecciones generales del 23 de febrero en un clima más polarizado que nunca en torno a la inmigración y aún más inflamado por el apoyo abierto de la administración Trump a la extrema derecha.
Este ambiente electrizante -inusual en un país acostumbrado desde hace tiempo a los intercambios corteses entre partidos e impregnado de una cultura del compromiso- quedó ilustrado por un debate televisivo sin precedentes celebrado el domingo por la noche en el canal RTL-Alemania.
Debate histórico
Signo de la fragmentación política en Alemania, el debate no fue un duelo como en elecciones anteriores, sino que reunió a los cuatro principales aspirantes a la Cancillería por primera vez en la historia de la televisión alemana.
Dos horas de debate para los cuatro aspirantes a canciller a una semana de las elecciones, fue un remolino y un caos anunciado. Todos apuntaron a Alice Weidel, la candidata del partido de extrema derecha Alianza por Alemania que por primera vez obtenía un lugar en un foro oficial.
La AfD se ha ganado su puesto en este "cuadrilátero" gracias a las encuestas, que pronostican que el movimiento nacionalista antiinmigrante quedará segundo en las elecciones parlamentarias, con al menos un 20%, por detrás de los conservadores, con entre un 30% y un 32%.
El apoyo sin paliativos que está recibiendo de los afines al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha elevado la tensión de los últimos días de campaña.
"Rechazo semejante injerencia en las elecciones parlamentarias alemanas y en la formación del Gobierno que vendrá después" en Alemania, bramó durante el debate Friedrich Merz, favorito en las encuestas para convertirse en el próximo canciller.
Aunque Weidel intentó ofrecerse como posible socia de los democratacristianos, su jefe y más probable próximo canciller Friedrich Merz juró y rejuró que no hará ninguna coalición con ellos. Por primera vez, Merz admitió que sus únicas posibilidades de ser canciller son en una coalición con los socialdemócratas o con los Verdes.
Robert Habeck, el candidato de los Verdes, le recordó que los aliados bávaros de los democratacristianos detestan a su partido y se niegan a cualquier colaboración con ellos.
Por otro lado, el líder de los socialdemócratas y actual canciller Olaf Scholtz, sin mucho entusiasmo, aceptó que la llamada gran coalición entre socialdemócratas y demócrata cristianos es la más probable salida.
La gran pregunta ahora es qué tan fuerte saldrá el partido de extrema derecha Alianza por Alemania en estas elecciones, reforzado quizás después del último atentado aparentemente islamista en Múnich y del insólito apoyo del vicepresidente estadounidense Vance el viernes pasado al partido de extrema derecha alemán en la conferencia de seguridad de Múnich.
El terrorismo
El debate llega luego de un ataque terrorista, que de momento ha dejado dos muertos. Una mujer de 37 años y su hija de dos años, que resultaron heridas en el atropello múltiple ocurrido el jueves en la ciudad alemana de Múnich, murieron este sábado, anunció la policía local.
"Lamentablemente tenemos que confirmar la muerte ocurrida hoy de la menor de dos años y de su madre", que se encontraban entre los 39 heridos en el ataque, declaró a la AFP un portavoz policial, Ludwig Waldinger.
El sospechoso, que fue identificado por la justicia como Farhad N. y el diario Bild reportó que se llama Fahrad Noori, es un afgano de 24 años llegado al país en 2016.
Los investigadores indicaron que reconoció los hechos y los reivindicó, afirmando que actuó por "motivaciones religiosas". La policía aseguró que el sospechoso tenía una "orientación islamista"
El detenido gritó "¡Allahu Akbar!" (Dios es el más grande) después de su arresto y rezó delante de los policías.