Se intensifican manifestaciones antigubernamentales en Haití, que dejan al menos un herido
En la mayoría de las ciudades los manifestantes denunciaron el comportamiento de los agentes de la Policía Nacional Haitiana
Varios miles de personas han vuelto a tomar las calles de Puerto Príncipe y de ciudades de la provincia para exigir la salida incondicional del primer ministro, Ariel Henry, cuando está a punto de cumplirse la fecha, el 7 de febrero, en la que debería jurar su cargo un nuevo jefe de Estado.
Al menos un hombre resultó herido en las protestas que se desarrollaban en Pétion-ville, en la zona alta de la capital, lesión que sufrió en la espalda y de la que los manifestantes culparon a la Policía Nacional Haitiana, que utilizó gases lacrimógenos y balas para dispersar a los manifestantes, que exigían la salida de Henry.
En la misma zona, al menos cinco agentes de la Brigada de Seguridad de las Zonas Protegidas (BSAP) fueron vistos rebelándose contra las autoridades, que les habían prohibido llevar armas y municiones e, incluso, salir a la calle.
Fuertemente armados, los miembros de la BSAP, que se han pasado a la oposición, fueron acogidos calurosamente por la población, que los ovacionó, aumentando exponencialmente el número de manifestantes en las calles.
En Jérémie, en Grand'Anse; Cayes, en el sur; Gonaïves, en Artibonite; Miragoane, en Nippes; Cap-Haitien, en el norte, e Hinche, en el centro del país, la gente salió a la calle para exigir a Henry que cumpla el artículo 20 del acuerdo del 21 de diciembre de 2022 que prevé el fin del periodo provisional de su mandato, que comenzó hace más de 30 meses.
En este contexto de movilizaciones, ha hecho aparición el exsenador y exlíder rebelde Guy Philippe, que anunció en una emisión de radio que se encontraba en Puerto Príncipe para "acompañar a su pueblo" y que fue visto en la zona de Pétion-ville, Puerto Príncipe, durante un breve espacio de tiempo este martes.
Philippe ha llamado a una revolución para sacar al primer ministro del poder, en medio de la crítica situación social, política y económica que atraviesa la empobrecida nación caribeña, agravada por la violencia extrema de las bandas armadas.
En la mayoría de las ciudades los manifestantes denunciaron el comportamiento de los agentes de la Policía Nacional Haitiana, que dispersaron a los manifestantes con gases lacrimógenos y balas.
En Pétion-ville, al menos una tienda de bebidas y alimentos fue saqueada por los manifestantes a pesar de que las empresas privadas y públicas y los mercados públicos cerraron sus puertas durante el día.
En Hinche, los manifestantes, que desde esta mañana han levantado barricadas en llamas por toda la ciudad, intentaron incendiar los locales del Ayuntamiento y de las compañías públicas de electricidad y agua. Al menos cinco motocicletas fueron incendiadas en la ciudad, donde se escucharon fuertes disparos.
También se produjeron violentos intercambios entre la población, que lanzaban piedras, y la Policía, que disparaba gases lacrimógenos a los participantes en la protesta, convocada por EDE y Pitit Dessalines, dos partidos de la oposición que siguen pidiendo la salida del primer ministro.
"No vamos a retroceder. Estamos decididos a perseguir nuestro objetivo. Estamos haciendo un verdadero frente unido para sacar a Ariel Henry del poder. Si Ariel no se va, no podremos vivir en el país", declaró a la prensa el líder del partido político Pitit Dessalines, Moise Jean Charles, durante la manifestación en la capital.
En Puerto Príncipe, miles de manifestantes a pie, divididos en varias ramas, fueron acompañados por decenas de motoristas mientras se dirigían a la residencia oficial del primer ministro, en Pétion-ville.
El área metropolitana de Puerto Príncipe y las principales ciudades del país viven un momento de gran suspenso a pocas horas de la llegada del 7 de febrero, que marca el final del gobierno interino dirigido por Henry, en virtud del acuerdo firmado en diciembre de 2022 con representantes de partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil y miembros del sector privado.
El 7 de febrero se perfila como una jornada de gran tensión, en la que se esperan manifestaciones en el área metropolitana de Puerto Príncipe y en numerosas ciudades de provincia, donde la población exige la renuncia de Henry, considerado incapaz de dirigir con éxito el país tras más de 30 meses en el poder.
Estas movilizaciones se producen en un contexto en el que los grupos armados controlan la capital, Puerto Príncipe, y otras partes del territorio de Haití y son responsables de cientos de asesinatos, violaciones, secuestros y otros delitos.
Además, en este país, el más pobre de América, cerca del 50% de la población sufre inseguridad alimentaria y la mitad de sus algo más de 11 millones de habitantes vive en la pobreza.
La crítica situación que vive Haití llevó al Consejo de Seguridad de la ONU a aprobar en octubre pasado, a solicitud de Henry, el envío de una misión multinacional de apoyo a la seguridad, que liderará Kenia y que aún no se ha materializado.
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