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Rogelio García
Rogelio García

Rogelio García impulsa empresas que crecen con procesos, KPIs e inteligencia artificial

Un modelo que conecta captación, conversión, postventa e IA para escalar sin perder calidad.

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Rogelio García impulsa empresas que crecen con procesos, KPIs e inteligencia artificial
Rogelio García aplica principios técnicos y métricos para llevar la venta al nivel de una ciencia repetible. (FUENTE EXTERNA)

Rogelio García habla de su carrera con la frialdad de quien mide antes de opinar. No invoca golpes de suerte ni padrinazgos: "Convertirme en CEO no fue un golpe de suerte", afirma.

"Es el resultado de más de 37 años de experiencia trabajando, aprendiendo y ejecutando". Su liderazgo nace de un principio que repite como un metrónomo: primero se vende, luego se estructura y escala. En su mesa de trabajo conviven el olfato comercial, la disciplina operativa y una obsesión por los indicadores que ordenan el crecimiento.

El punto de partida fue la venta directa, callejera y sin presupuesto. A los 14 años aprendió a atraer la atención en segundos, a resolver objeciones y a cerrar con determinación.

"La venta es un arte de persuasión, de conexión y de diferenciación", dice. Esa escuela le enseñó que cada compra es una decisión emocional, que destacar es obligatorio y que la objeción no es un muro sino una puerta.

Más tarde llegarían los productos multivitamínicos, un gimnasio y, con ellos, la primera intuición de sistema: empaquetar oferta, mensaje y distribución para que la caja confirme la estrategia.

La madurez operativa llegó con GNC Live Well. García dirigió cuatro tiendas propias, participó en la expansión nacional de la marca y lideró a cientos de personas, adaptando un modelo estadounidense a un consumidor latino que buscaba salud, estatus y exclusividad. Allí consolidó el trazo de su método: ordenar, estandarizar, documentar, medir.

"El éxito no depende solo de la calidad del producto, sino de la estrategia para posicionarlo, hacer que la gente lo desee y pague por él sin dudarlo", resume. Cuando la crisis venezolana forzó la salida de GNC, tomó la pérdida como un pivote. Probó con farmacias y casas médicas, acumuló más lecciones de operaciones y volvió a su guion preferido: escuchar al mercado, diseñar oferta y ejecutar con disciplina.

La etapa siguiente fue convertir la experiencia en metodología. En 2018 fundó Stratus Agency Group y, desde 2019, la asentó en Medellín, donde transformó aciertos y errores en un marco operativo concreto: El Mapa Digital. No es un eslogan; es un manual con SOPs, guiones, checklists y KPIs para pasar de la captación a la fidelización sin improvisar.

"No es un concepto abstracto; es un sistema repetible y auditable", explica.

La agencia lo aplicó con empresas de sectores como automotriz, gastronomía, retail, servicios e inmobiliario, y ese trabajo de campo dio forma al libro El Dinosaurio Digital, una guía para que dueños y equipos ejecuten la misma secuencia una y otra vez.

La pandemia validó el enfoque. La demanda por soluciones digitales explotó y Stratus dejó de "hacer campañas" para montar sistemas completos: comercio electrónico, pasarelas de pago, autoservicio, IVR, CRM con ruteo y scoring de leads, tableros de KPIs y formación de equipos comerciales en remoto.

"Si no estás en digital, no existes", recuerda que le decía a los empresarios que aún dudaban. Ese músculo técnico-operativo fue el trampolín para la etapa más exigente: aplicar el modelo en compañías propias, a escala, en Estados Unidos.

En enero de 2023 fundó Gran Insurance Solution Corp junto a tres socios. Asumió la dirección ejecutiva desde el primer día y trasladó su sistema al sector asegurador. La empresa opera con una arquitectura que combina captación a gran escala, embudos de conversión, inside sales, seguimiento con CRM y una postventa que mide satisfacción, renovaciones y referidos. "Mi día a día como CEO es pasar de la estrategia al tablero: captar, convertir, fidelizar y medir, con personas + procesos + tecnología + IA trabajando en sincronía", explica. El equipo creció hasta 88 personas y la compañía atiende a más de 20.000 clientes en 42 estados; en 2024 facturó más de 3 millones de dólares y, a mitad de 2025, ya superaba esa cifra con una proyección anual de entre 5 y 6 millones.

El desempeño comercial la ubicó de forma constante en el Top 5 nacional en seguros complementarios y alcanzó el tercer lugar en ventas con Cigna en junio de 2025. Son números, sí, pero en su narrativa funcionan como consecuencia, no como punto de partida.

La inteligencia artificial no aparece como moda ni apéndice. Es, en sus palabras, "la capa que amarra todo". El sistema califica y enruta leads al asesor correcto, asiste a clientes por web, WhatsApp o SMS, transcribe y etiqueta llamadas para entrenar al equipo, detecta riesgo de fuga y alimenta tableros que comparan campañas, guiones y ofertas. "No se trata de reemplazar la venta, sino de hacerla más rápida, precisa y medible", aclara. La IA le permite sostener calidad cuando sube el volumen y le da a los líderes de área una visibilidad quirúrgica sobre dónde se gana y dónde se pierde.

Ese enfoque convive con una cultura de trabajo que evita la épica vacía. En Gran Insurance no se celebran solo las metas, se premian los rituales que las vuelven posibles: preparación de llamadas, seguimiento puntual, actualización de CRM, aprendizaje compartido. García insiste en que los valores empujen las ventas y no al revés.

"Que los valores impulsen las ventas; que las ventas jamás pisen los valores", dice. Ese marco ético resulta útil en un rubro tentado por la promesa fácil. El contrato con el cliente incluye claridad en la oferta, soporte postventa y una experiencia que construye confianza a largo plazo.

El liderazgo de García también se despliega como consultor y conferencista. En escenarios de Colombia, Venezuela y Estados Unidos —con paradas en Miami, Orlando y Houston— evita el discurso inspiracional y ofrece hojas de ruta de 90 días con responsables y entregables visibles. "Diseño el plan, monto el sistema, entreno al equipo y mido hasta que la caja lo confirme", sintetiza. Univision lo ha invitado a hablar sobre marketing digital e inteligencia artificial, y fue jurado de Capital Semilla en Medellín, evaluando proyectos por su capacidad real de escalar. Su estilo de enseñanza tiene una constante: traducir lo complejo en acciones simples para que los equipos ejecuten sin perderse en la teoría.

A la par de Gran Insurance y Stratus, impulsa nuevas compañías que nacen con el andamiaje digital desde el día uno. Entre ellas, una firma de servicios eléctricos residenciales y comerciales, y una agencia de viajes y cruceros enfocada en el mercado hispano y anglo de Estados Unidos. El hilo conductor es idéntico: sistema primero, campañas después. Si la estructura está, el crecimiento se replica; si falta, cualquier pico de ventas se diluye.

Su manera de dirigir se reconoce en tres frases que, más que lema, funcionan como criterio de decisión. "Primero vende; después estructura y escala." La caja manda y evita enamorarse de productos que el mercado no quiere. "Convierte desconocidos en clientes y clientes en fans." La postventa no es un trámite, es el motor de repetición y referidos. "Eso es ser CEO para mí: crear clientes, mantenerlos y construir el sistema para que los resultados se repitan y crezcan sin improvisar." El resto —tecnología, procesos, IA— es la infraestructura para sostenerlo.

García no es un teórico de la administración ni un coleccionista de modas empresariales. Es un ejecutor que documenta, estandariza y enseña. Cuando lideró la expansión de GNC entendió que la disciplina corporativa multiplica el talento individual; con Stratus comprobó que el crecimiento digital exige método más que creatividad suelta; con Gran Insurance demostró que un sistema puede migrar de industria y escalar sin perder la experiencia humana en el centro. "Me involucro en todo y soy muy curioso", admite. Esa curiosidad, encauzada por procesos y métricas, es la marca de su gestión.

El recorrido deja una conclusión útil para quien dirige hoy: el mercado premia a las empresas que convierten intención en operación repetible. No basta con una buena campaña ni con un gran producto. Hace falta una fábrica de resultados: captación que no dependa del azar, conversión probada, fidelización que eleve el valor de vida del cliente y automatización que libere tiempo para pensar. García construyó la suya y la dirige con una mezcla poco frecuente de calle, método y tecnología que transforma la venta en sistema y el sistema en crecimiento sostenido.

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