Too close for comfort (Demasiado cerca para sentirse cómodo)
Dominicanos en la encrucijada electoral de EE. UU.
Lejos de RD. La relación entre la República Dominicana y Estados Unidos trasciende fronteras geográficas. Con dos millones de dominicanos residiendo en el país norteamericano, nuestro vínculo es tanto económico como cultural y emocional. Estados Unidos es nuestro principal socio comercial, y nuestra dependencia, positiva o negativa, es un hecho ineludible. Seguimos de cerca sus decisiones, las adoptamos como propias y, en ocasiones, nos involucramos en su política con más intensidad y pasión que un ciudadano estadounidense.
Las elecciones en Estados Unidos captan nuestra atención y despiertan esperanzas y temores. Nos sumergimos en el proceso, analizamos a los candidatos, sus promesas, sus posturas. Tomamos partido, como si el resultado nos afectara directamente, y en cierto modo, lo hace. Hay alrededor de 200,000 dominicanos indocumentados en ese país, y las crecientes restricciones a la inmigración son un motivo de gran preocupación. Cada cambio en la política migratoria impacta en nuestras familias, en nuestras comunidades y en nuestra economía, creando incertidumbre para quienes buscan mejores oportunidades.
Sin embargo, la realidad es que, sea cual sea el ganador, la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe podría no sufrir grandes modificaciones. La región, a menudo, queda relegada frente a otras prioridades de la potencia norteamericana. Aun así, la posibilidad de un cambio siempre está latente, y es lo que nos mantiene atentos y, en cierta medida, ansiosos.
Estamos en una encrucijada de expectativas e incertidumbre, conscientes de nuestra posición vulnerable y de la importancia de los lazos que nos unen. Más que comicios en un país extranjero, estas elecciones nos recuerdan nuestra interdependencia y la necesidad de seguir construyendo una relación sólida que beneficie a ambas naciones, independientemente de quién esté en el poder.