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El tiempo que nos lleva... y nos deja

Envejecer en la era digital, cuando la tecnología nos declara obsoletos

El tiempo, decían los antiguos, no se detiene. Quizás lo más inquietante no es que avance, sino que, al hacerlo, nos arrastre hacia adelante mientras nos deja atrás. Paradójico. Progresamos en años, experiencia, logros. Pero también vamos perdiendo la fuerza, la velocidad, la resistencia. En el deporte, esta ley se cumple con crueldad casi matemática.

Durante lustros, el tenista Novak Djokovic pareció no envejecer. Pero llegó a ese umbral donde el cuerpo, aunque noble, empieza a poner condiciones. Aún puede ganar, pero ya no se recupera igual ni impone el ritmo como antes. Él mismo lo dijo con claridad implacable: su tanque ya no llega lleno al tramo final.

El paso de los años se siente diferente cuando se mira desde la cima. Quizás sobre todo allí, se percibe el vértigo de saber que lo mejor puede haber quedado atrás. Empero, seguimos. Por orgullo. Por amor al juego. Hay belleza en ese impulso tan humano.

El deporte revela lo que la vida tantas veces disimula: todo es tránsito. Podemos luchar contra el calendario, pero nunca ganarle. En esa derrota, inevitable, hay también una forma de victoria: haber estado, haber sido, haber brillado.

En la nueva rutina, otro tiempo se acelera: el tecnológico. Lo nuevo ayer, hoy es obsoleto. Lo que apenas aprendemos a usar, lo reemplaza una versión más veloz, más precisa, más impersonal. El envejecimiento biológico nos cambia por dentro; el tecnológico, por fuera, haciéndonos sentir —a los treinta, incluso a los veinte— que ya no pertenecemos del todo a la conversación.

Esa forma de vejez precoz impone otro tipo de desgaste. Envejecer ahora es perder el código, el paso, la clave de acceso. Más que fingir juventud, la respuesta digna es vivir con lucidez la belleza de haber estado a tiempo cuando el tiempo era nuestro.

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Aníbal de Castro carga con décadas de periodismo en la radio, televisión y prensa escrita. Toma una pausa en la diplomacia y vuelve a su profesión original en DL.