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La discapacidad: más allá de la condición

Discapacidad, edad y soledad: un círculo de vulnerabilidad

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La discapacidad: más allá de la condición
Acceso desigual a recursos básicos entre hogares con y sin discapacidad. (FUENTE EXTERNA)

La interpretación de la realidad como compartimentos estancos nos arriesga a perder de vista que las personas reunimos diferentes identidades o formas de ser.  Es decir, cumplimos distintos roles al mismo tiempo: somos trabajadores, profesionales, hombres, mujeres, activistas comunitarios, laicos, religiosos, etc. Cada uno de estos roles condiciona cómo nos comportamos en cada caso y cómo nos vemos a nosotros mismos, pero, de igual forma, modelan la manera en que la sociedad nos incluye o margina. 

La discapacidad es también una identidad. Cuando se entrecruza con otros factores como la pobreza, el género o la instrucción, para citar solo tres de los varios posibles, la persona con discapacidad puede sufrir una mayor o menor discriminación, incluso si no es consciente de ella.

Aun cuando el enfoque social ha sido premisa de la conquista formal de derechos (leyes nacionales, Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, Agenda 2030, etc.), no ha logrado desterrar del imaginario colectivo la idea de que las personas con una condición, innata o adquirida, son «discapacitadas» y no se ajustan a la «normalidad». Esta mirada afecta sensiblemente las vidas individuales, particularmente las de aquellas que arrastran mayores desventajas socioeconómicas.

La nota técnica Costos de la discapacidad: efectos en la calidad de vida y los ingresos, publicada en julio de 2022 por el Sistema Único de Beneficiarios (Suiben), permite entender  esta problemática. 

El análisis se enfoca en las personas con discapacidad severa, que representan el 7.1 % de las personas con alguna condición miembros de los hogares registrados en la institución. De estas, el 50.8 % respondió no poder caminar; 40.1 % no puede realizar por cuenta propia actividades de cuidado personal, tales como, bañarse o vestirse, 25.7 % no se comunica utilizando su voz, 21.2 % no se concentra o no recuerda cosas en la cotidianidad, 20.9 % no ve aun usando lentes y el 15 % no escucha aun usando audífono.

Cuando se aborda el hacinamiento como variable, los hogares con personas con discapacidad severa parecen situarse en mejor posición que aquellos que no tienen ninguna: en el 63.6 %, menos de dos personas comparten dormitorio.  Pero sucede que el 46.9% de las personas incluidas en esta categoría tienen más de 65 años; es decir, se van quedando solas pese a su condición. En este caso, no es arbitrario relacionar discapacidad, vejez y soledad.

El 45.2 % de los mayores de 15 años de este grupo no tienen ningún grado de instrucción, a diferencia de solo el 9.4 % de los que no tienen discapacidades. La escuela no ha figurado en sus opciones. El 66.7 % estaba inactivo o desempleado, 22.2 puntos más que las personas sin discapacidad. La disponibilidad de recursos también es despareja: para el 96.1 % de los hogares con una persona con discapacidad severa, contra el 93.6 % en la situación contraria, el dinero para salud,  transporte,  vestuario y alimentos es insuficiente.

El documento aporta muchos otros datos relevantes que propician interpretaciones más allá de la estadística. Las conclusiones bosquejan algunas: las limitaciones de acceso a servicios «se traduce en una condición socioeconómica más baja que para el resto de la población y los hogares».

Es decir, tener una condición de discapacidad se convierte en factor de exclusión de la vida social, económica y cultural. Pero también en una autopercepción que puede contribuir, inconscientemente, con la reproducción de los estereotipos: solo el 17.2 % dijo sentirse discriminado siempre o alguna vez. 

El 45.2 % de los mayores de 15 años de este grupo no tienen ningún grado de instrucción, a diferencia de solo el 9.4 % de los que no tienen discapacidades.

La escuela no ha figurado en sus opciones. El 66.7 % estaba inactivo o desempleado, 22.2 puntos más que las personas sin discapacidad.

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