La ACIS en su 64 aniversario
La Asociación de Comerciantes e Industriales, pilar del empresariado nacional
Las asociaciones empresariales, al igual que las sindicales y comerciales, son parte esencial del sistema democrático, pues representan núcleos sociales con incidencia en la producción de bienes y servicios fundamentales para el desarrollo global de la sociedad.
Estas organizaciones han desempeñado un papel preponderante en la vida en libertad desde el ajusticiamiento del tirano, ocurrido el 30 de mayo de 1961. Apenas unos meses después, el 21 de septiembre de ese mismo año, surgió en Santiago la Asociación de Comerciantes e Industriales (ACIS), que agrupó a hombres y mujeres del comercio, la industria y los servicios no solo de esa ciudad, sino también de las catorce provincias que conforman la región norte del país.
La motivación inicial para la conformación de la ACIS fue el abuso cometido por fuerzas trujillistas al destruir un negocio comercial, hecho que impulsó a los empresarios a unirse en defensa de sus intereses y a enfrentar los remanentes agresivos del régimen, que aún amenazaba con encarcelamientos y atentados contra hombres de negocios de la localidad.
Sesenta y cuatro años más tarde, el esfuerzo y la determinación de sus fundadores —entre los que se contaban Miguel Lama Mitre, Jonny Aroztegui, Manuel Saulio Saleta, Víctor Espaillat Mera, Daniel Espinal, Augusto Vega, Nicolás Vargas, Eduardo León, Gustavo Tavares, Moisés Zouain, José María Hernández y otros ciudadanos notables— se ven coronados por la trayectoria de una institución que forma parte del tejido empresarial de la República Dominicana y que ha demostrado su valía por más de seis décadas, un hito digno de reconocimiento nacional.
Con más de tres mil empresas afiliadas y 60 asociaciones afines, la ACIS ha navegado por las turbulentas aguas de crisis económicas, cambios políticos y desafíos globales, manteniendo siempre en alto su compromiso con el fortalecimiento del empresariado. Su capacidad de adaptación y visión de futuro le han permitido renovarse de manera constante, incorporando nuevas tecnologías y metodologías para ofrecer servicios de calidad a sus miembros.
Entre sus logros más relevantes se cuenta la creación de espacios de diálogo entre el sector público y privado, facilitando la formulación de políticas que favorecen el clima de negocios. Sus programas de capacitación han beneficiado a miles de empresarios, dotándolos de herramientas para competir en mercados cada vez más exigentes. A ello se suma su decidido apoyo a las MIPYMES, que ha contribuido a la democratización de las oportunidades económicas.
La ACIS, además de velar por los intereses de sus miembros, ha asumido una firme responsabilidad social, apoyando iniciativas educativas, ambientales y culturales en beneficio de las comunidades donde operan sus afiliados.
Es igualmente notable el rol protagónico de la ACIS en la formulación de políticas públicas en el país a lo largo de sus 64 años. Como interlocutor privilegiado del sector privado, ha establecido canales de comunicación directa con los poderes del Estado, participando en mesas de diálogo y consultas sobre normativas comerciales e industriales. Gracias a ello, las preocupaciones empresariales han sido tomadas en cuenta antes de la aprobación de leyes que inciden en el sector productivo.
La modernización del marco regulatorio de inversiones constituye otra área de influencia significativa. La ACIS ha abogado con firmeza por la simplificación de trámites, la eliminación de barreras burocráticas y la creación de incentivos que atraigan capital tanto nacional como extranjero, contribuyendo a reformas de gran alcance.
La formalización de la economía también ha sido una de sus banderas, impulsando políticas que faciliten la transición del sector informal mediante incentivos adecuados y marcos regulatorios accesibles para los pequeños emprendedores.
Y quizá su aporte más trascendente ha sido su contribución al diálogo social tripartito, donde empresarios, trabajadores y gobierno construyen consensos en torno a temas laborales críticos, como salarios mínimos, condiciones de trabajo y seguridad social, promoviendo así un clima de estabilidad favorable para la inversión y el desarrollo.
Es de justicia reconocer el liderazgo moderno y visionario de la institución en años recientes, en las figuras de Sandy Filpo y Marcos Santana, su actual presidente.