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La bitácora del maestro: Crónicas constitucionales desde el aula pública (Clase 4)

Esta vez llegamos al Centro Educativo República de Colombia

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La bitácora del maestro: Crónicas constitucionales desde el aula pública (Clase 4)
El defensor del Pueblo, Pablo Ulloa, conversa con estudiantes en un encuentro educativo sobre la Constitución como instrumento de ciudadanía viva. (FUENTE EXTERNA)

Esta es la cuarta entrega consecutiva de la estrategia Constitución Viva para todos y todas. Semana tras semana, miles de jóvenes descubren en el aula que la Constitución no es letra muerta, sino vida cotidiana.

El lunes 29 de septiembre llegamos al Centro Educativo República de Colombia. Los estudiantes de quinto y sexto año nos recibieron con curiosidad; algunos habían escuchado ya sobre el programa, otros esperaban sorprenderse. En la pizarra, el Decálogo del Aula Constitucional volvía a recordarnos que el respeto, la escucha y la participación no son normas externas, sino valores que nacen de la propia Constitución.

La pregunta detonante cayó con fuerza: ¿Y si te dijeran que tu dignidad no se negocia? La reacción fue inmediata. Una joven levantó la mano: "La dignidad es que me respeten aunque no tenga dinero." Otro añadió: "Es que no me humillen por mi forma de hablar." Sus respuestas mostraron que la dignidad no es teoría: es experiencia cotidiana, presente en la vida de cada estudiante.

La clase siguió una agenda cuidadosamente diseñada. Iniciamos con un audio introductorio del episodio de la Constitución XT que llevó a los jóvenes a reflexionar sobre la dignidad como núcleo de todos los derechos. Luego proyectamos un video motivador y pasamos a la escena de la película Lincoln, donde el presidente estadounidense interpela al Congreso para abolir la esclavitud. Esa escena sirvió de espejo para preguntar: ¿Cómo garantiza nuestra Constitución que la dignidad esté por encima de cualquier interés político?

La discusión fue intensa. Los estudiantes identificaron situaciones de la sociedad dominicana donde la dignidad sigue siendo vulnerada: la discriminación por pobreza, la exclusión de personas con discapacidad, la desigualdad entre mujeres y hombres. No hablaban de estadísticas, sino de vidas cercanas: un vecino, un hermano, un compañero de aula.

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Infografía
Estudiantes reflexionan sobre igualdad y derechos en aulas dominicanas (FUENTE EXTERNA)

Llegó entonces el momento de leer en voz alta el Artículo 38 de la Constitución Dominicana, que declara: "El Estado se fundamenta en el respeto a la dignidad de la persona. La dignidad del ser humano es sagrada, innata e inviolable; su respeto y protección constituyen una responsabilidad esencial de los poderes públicos." Al leerlo juntos, los jóvenes comprendieron que la dignidad no depende de condiciones sociales o económicas: es un derecho que nadie puede quitar.

La dinámica grupal se tituló "Mi dignidad no se negocia". Cada estudiante escribió una frase personal que comenzaba con esas palabras. Algunas fueron desgarradoras: "Mi dignidad no se negocia cuando me llaman por un apodo que me duele." Otras fueron esperanzadoras: "Mi dignidad no se negocia cuando defiendo mi sueño de estudiar." Leerlas en voz alta convirtió el aula en un espacio de reconocimiento mutuo.

Luego realizamos la actividad creativa llamada "Espejo de la dignidad". Cada estudiante escribió en una hoja una cualidad propia que lo hace valioso. Después, uno a uno, sus compañeros decían en voz alta: "Te respeto porque tú eres..." El ejercicio fortaleció la autoestima colectiva y demostró que la dignidad también se cultiva en la forma de tratarnos entre nosotros.

Nuestra Carta Magna no deja dudas. Además del Artículo 38, el Artículo 5 establece que la Constitución se fundamenta en la dignidad humana, la soberanía del pueblo y la supremacía de la Constitución. Y el Artículo 39 refuerza el principio de igualdad, declarando que todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Estos preceptos son los pilares que sostienen la democracia dominicana.

Las cifras sociales muestran la urgencia de este tema. Según encuestas recientes, más del 52% de los jóvenes dominicanos siente que sus oportunidades están limitadas por la falta de igualdad. Y la desigualdad de ingresos mantiene al país con un coeficiente de Gini cercano a 0.45 (CEPAL, 2024), uno de los más altos de la región. La dignidad no es solo un valor jurídico: es la base para corregir desigualdades y garantizar que cada joven tenga un futuro de posibilidades reales.

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Infografía
Actividades creativas fortalecen autoestima y conciencia constitucional en jóvenes (FUENTE EXTERNA)

En este contexto, resuena la reflexión del premio Nobel Amartya Sen: "La dignidad humana es el punto de partida de toda justicia." Si no se respeta la dignidad, todo el edificio de los derechos se derrumba.

Nada de esto sería posible sin el respaldo del equipo del Defensor del Pueblo, que semana tras semana multiplica esta experiencia en decenas de centros de manera simultánea. Son servidores públicos que dignifican la función estatal al convertir la Constitución en un instrumento vivo de ciudadanía.

Al terminar, los estudiantes del Centro de Excelencia República de Colombia comprendieron que la dignidad no se pide: se afirma. No se regatea: se ejerce. Y que al defenderla en sí mismos, defienden también la República.

Respetar la dignidad es respetar la República. Y esa voz, repetida en cada aula, resuena como eco colectivo de un país más justo.

Esta fue la cuarta estación de un viaje de 40 semanas de descubrimiento constitucional. La próxima semana, en el aula, nos preguntaremos: ¿Qué significa la igualdad cuando todos y todas valemos lo mismo?

TEMAS -

Defensor del Pueblo de la República Dominicana.