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El empleo de calidad como motor de equidad y prosperidad en República Dominicana

La erradicación de la pobreza exige invertir en las personas y en su productividad

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El empleo de calidad como motor de equidad y prosperidad en República Dominicana
Las mujeres enfrentan barreras persistentes en el acceso al trabajo y la educación. (ARCHIVO)

Cada 17 de octubre, el mundo conmemora el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, una fecha que nos invita a reflexionar sobre los avances y desafíos en la lucha contra la desigualdad. En República Dominicana, este día adquiere un significado especial, pues el país ha logrado avances notables en la reducción de la pobreza, impulsados por un crecimiento económico sostenido y políticas inclusivas.

Como nueva representante del Banco Mundial en República Dominicana, veo con entusiasmo y profundo respeto el momento transformador que vive el país. En estas primeras semanas, he sido testigo del compromiso y visión de las autoridades, del dinamismo del sector privado y de la energía de la sociedad civil por llevar a la República Dominicana a niveles más altos de desarrollo en pos de un futuro más inclusivo.

En las últimas décadas, la República Dominicana ha demostrado una sólida trayectoria de reducción de la pobreza.  En 2024, el PIB per cápita creció un 4,1 por ciento (más del doble del promedio regional de 1,6) lo que permitió que la pobreza descendiera del 23 al 19 por ciento y que la pobreza extrema se redujera del 3,2 al 2,4 por ciento a nivel nacional. Hoy en día, la clase media supera en tamaño a la población pobre, con mejoras en el acceso a servicios básicos, vivienda y educación.

Estos logros reflejan políticas inclusivas y un mercado laboral en expansión. En 2024, se crearon más de 170,000 empleos formales, y de esta forma el empleo formal representa más de la mitad del mercado laboral. En República Dominicana, obtener un empleo aumenta la probabilidad de salir de la pobreza en 13,5 puntos porcentuales y aumenta la probabilidad de pasar a formar parte de la clase media en 21,3 puntos porcentuales. Cuando las personas acceden a empleos de calidad, pueden invertir en sus familias, educar a sus hijos y contribuir activamente en sus comunidades.

Sin embargo, todavía quedan retos por superar. Muchos dominicanos sólo acceden a trabajos informales y de baja productividad y las mujeres están subrepresentadas en el mercado laboral, un reto ligado a barreras de acceso a la educación y a servicios de salud sobretodo, para las jóvenes.

En este contexto, el sector privado emerge como el motor principal de la creación de empleo, representando más del 85 por ciento del empleo total. Sectores como el turismo, la manufactura local y el agronegocio han demostrado cómo la iniciativa empresarial puede transformar industrias, generar empleos y dinamizar la economía. Invertir en el talento emprendedor resulta clave para transformar el potencial económico del país.

Para que el empleo siga siendo un agente de cambio, es necesario fortalecer el entorno que lo impulsa y eliminar barreras como el acceso limitado al financiamiento, la burocracia y la falta de formación técnica.

Meta RD2036, la visión de República Dominicana para convertirse en un país de ingreso alto, es clara: duplicar el PIB real para el año 2036, mediante un crecimiento económico acelerado, sostenible e inclusivo que genere empleos de calidad y mejores servicios públicos.  Realizar esta visión requerirá invertir en las personas y en mejorar su productividad.   Para ello, entre otros, será esencial modernizar la educación, cerrar brechas de habilidades, facilitar la formalización de empresas y fortalecer alianzas público-privadas en sectores estratégicos.

Los avances de República Dominicana en términos de reducción de la pobreza son testimonio de lo que se puede lograr mediante una gestión económica sólida y un compromiso con la inclusión social. El futuro exige esfuerzos conjuntos del Gobierno, sector privado, sociedad civil y comunidad internacional, para que el crecimiento económico se traduzca en más y mejores empleos formales, que empoderen a las personas y fortalezcan las comunidades.

El compromiso de todos los sectores será clave para que la prosperidad llegue a cada rincón del país y para que el trabajo digno sea la puerta de entrada a un futuro más próspero y equitativo.

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Representante del Banco Mundial para la República Dominicana