El Lawfare y la guerra jurídica del siglo XXI: Italia, Estados Unidos, Venezuela y otros
Cuando las leyes sustituyen a las armas

La sustitución de las armas por las leyes
El siglo XXI ha traído una nueva forma de conflicto: la guerra jurídica, conocida por el término inglés lawfare (law, ley; fare, guerra o contienda).
Se trata del uso de la ley como instrumento de confrontación política, en el que los tribunales, los medios de comunicación y las sanciones internacionales sustituyen a los tanques y los fusiles. Ya no se destruyen cuerpos ni ciudades, sino reputaciones, carreras y sistemas políticos.
Antecedentes europeos: de Mani pulite al cambio de sistema en Italia
El primer laboratorio moderno del lawfare fue Italia, entre 1992 y 1994, cuando la operación judicial Mani pulite ("Manos limpias") desató una purga masiva de la clase política tradicional. Bettino Craxi terminó exiliado y murió en Túnez.
Italia pasó así de la política de Estado a la política de imagen. La manipulación mediática sustituyó al consenso ideológico y el precedente quedó sembrado: era posible rediseñar un país entero mediante una operación judicial televisada. El camino quedó abierto para la era de Silvio Berlusconi, quien acabaría siendo también víctima de la política que lo llevó al poder.
América Latina: de los golpes militares a la judicialización de la política
Lo que en Italia fue un ensayo, en América Latina se transformó en doctrina.
El resultado ha sido una democracia formal en la que las urnas eligen, pero los tribunales deciden quién puede gobernar.
El caso venezolano y la reacción política
En Venezuela, el proceso fue inverso. El uso político de la justicia por parte de las élites tradicionales durante las décadas de 1970 y 1990 —cuando el "moralismo" judicial procesó a la clase política y desplazó al presidente Carlos Andrés Pérez— generó una reacción popular y militar que dio origen al chavismo.
Venezuela muestra así la dialéctica del lawfare: quien utiliza la ley para aniquilar al adversario termina abriendo el camino a un poder que usará la ley para perpetuarse. Hoy, los herederos de aquella maquinaria política que creó la democracia venezolana tradicional lloran lágrimas de sangre ante Nicolás Maduro.
El lawfare como herramienta global: Europa, Estados Unidos y el Vaticano
El lawfare ya no es exclusivo del sur político. Lo ha sufrido el presidente Donald Trump, cuya desacreditación mediática corrió paralela a los intentos de eliminación política que no impidieron su retorno electoral en 2024.
Incluso el Vaticano ha vivido su versión del fenómeno. El llamado "Proceso del Palacio de Londres", durante el pontificado del papa Francisco, buscó demostrar transparencia económica, pero también reafirmó autoridad política, reproduciendo la lógica de la "moralización judicial del poder".
Dimensión mediática y moral del lawfare
Toda guerra jurídica necesita una narrativa moral. Así, la justicia deja de ser equilibrio para convertirse en espectáculo de legitimación. El proceso judicial se vuelve teatro político, donde la condena mediática suele preceder a la sentencia.
De la Guerra Fría al conflicto híbrido
El lawfare forma parte de las guerras híbridas del siglo XXI, donde los frentes son jurídicos, financieros, informativos y digitales. Las sanciones económicas contra Rusia, los embargos de activos estatales y las persecuciones extraterritoriales marcan esta nueva era de conflictos sin batallas visibles.
Conclusión: la justicia como campo de poder
El lawfare representa una de las paradojas de nuestro tiempo: en nombre de la justicia se cometen injusticias políticas, y en nombre de la transparencia se consolidan nuevas formas de opacidad moral.
La guerra moderna ya no necesita balas: basta con un tribunal y una cámara de televisión.