En el hub del Caribe
Cuando el narcotráfico se viste de benefactor
La resaca del cargamento de casi diez toneladas de cocaína deja una imagen peligrosa. Más complicada de lo que parece, no es una mera anécdota.
"Las fuerzas vivas"de un pueblo, Bayahíbe, salen a protestar a la calle, lamentan la detención de los presuntos traficantes y ponen la bandera a media asta. No es la normalización del punto de microtráfico en un barrio (aunque también); es la exaltación del traficante. Porque es imposible pensar que en un primer o segundo cargamento se mueven cantidades tan grandes, se soborna a tanta gente y se tiene una logística de ese calibre en uno de los principales puertos del país.
En el país que aspira, se publicita y trabaja para ser el hub del Caribe.
No serán los primeros benefactores de una comunidad. Quirino lo era, Florian Féliz lo era, todos se trabajan los entornos. Como los políticos, que adocenan a su clientela, ellos aseguran sus redes de protección más cercanas. (Total, una receta...) Tienen el ejemplo de su gran patrón, Pablo Escobar, que jugaba en otra liga, por supuesto, pero todo tiene su escala y sus particulares consecuencias.
En cada periodo electoral se habla de fortalecer la barrera de controles que impida que el dinero del narco ensucie las candidaturas. Difícil empeño que no se ha demostrado infalible, lo sabemos. Estará por ver si las candidaturas populares e independientes que no necesitan partido político para competir se podrán salvar de la tentación de esos fondos.
No es solo ese tramo de costa. En el Sur hay una cultura de recogida de pacas en el mar bien asentada, desde Baní hasta la frontera. Cerrar los ojos a esta realidad o esperar que la DEA venga periódicamente a intervenir es una pérdida valiosísima de tiempo.