El símbolo
Paliza, el Botánico y el peaje político del secretismo
El ministro Paliza tiene hoy un día difícil: explicar el proyecto de ampliar la avenida República de Colombia a costa de terrenos del Jardín Botánico. (Estrategia de comunicación al estilo Diandino: mejor pedir perdón que pedir permiso.)
El secretismo ha levantado recelos y el Jardín Botánico es ahora un símbolo que puede ser para el PRM lo que Los Haitises fueron para el PLD: un dolor de cabeza. Si, al contrario, el plan es ampliarlo, como explicó el presidente, la comunicación ha sido un completo tollo.
Los tapones son la consecuencia de un crecimiento urbano desordenado y un transporte colectivo deficiente. Tan ineficiente, caro y escaso que empuja al uso de un vehículo personal. Cercenando el Jardín Botánico, único por su tamaño y calidad en el Caribe, no van a disminuir los tapones, advierten los urbanistas. Serán de tres o cuatro carriles en lugar de saturar los dos actuales y se habrá dañado un magnífico espacio público.
Pensemos en las obras en la Ciudad Colonial. Priman el interés público sobre el individual. Su gran éxito será sacar carros de sus calles, no centrarse en adaptar la Zona a los vehículos. Calles peatonales, aceras anchas, espacios para vivir, para el ocio y la cultura. Menos ruido, menos contaminación. Otros sectores merecen esa política.
Santo Domingo necesita más y mejores áreas verdes, no seguir priorizando los vehículos sobre las personas. Las ciudades más avanzadas trabajan para ello y en muchas el carro ya es un estorbo.
Pero décadas de gobiernos incapaces de organizar un transporte colectivo (público nunca fue; estaba secuestrado por empresarios/sindicalistas) han terminado en el colapso que vivimos. ¿La solución a un problema es crear otro? ¿La visión es abrir más vías que atraerán más vehículos? Henry Ford estaría orgulloso de República Dominicana: vería cumplida su aspiración de "un hombre, un carro".