Autismo, Trump y tylenoles
Extrañas y arriesgadas declaraciones del presidente de EE.UU.
Raro... ¿por qué Donald Trump relacionó una marca comercial y no el ingrediente activo (paracetamol o acetaminofén) con lo que llamó "epidemia" de autismo? No es verdad, de acuerdo a la OMS y un buen grupo de sociedades médicas internacionales. Raro... ¿por qué y quién relaciona el autismo con la vacunación? Interesantes las informaciones de la BBC y The Times sobre la relación del doctor Andrew Wakefield -presumible autor de la teoría que liga el autismo a las vacunas- con el secretario de salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr.
Mientras, en República Dominicana hay al menos ocho fundaciones de apoyo a las personas en el espectro autista pero no hay un censo que permita saber cuántos dominicanos están afectados. La cifra de 1 de cada 31 personas que se maneja en Estados Unidos parece realmente alta, por lo que algunos, no solo Trump, hablan de epidemia. Para otros el autismo no es una enfermedad por lo que no cabría utilizar el término. Además, se contabilizan más casos porque se ha mejorado enormemente en el diagnóstico y se han vencido tabús que empujaban a las familias a ocultar los casos.
Los CAID ofrecen terapias pero su capacidad es insuficiente para la demanda creciente, además de que en sus centros se da asistencia a otras discapacidades. Las personas dentro del espectro autista tienen necesidades muy diferentes. Pueden precisar terapias ocupacionales o del lenguaje, psicopedagógicas, conductuales, incluso de nutrición. Aunque cada vez más especializados, los terapeutas dominicanos se guían de los avances de otros países, no hay investigación nacional.
Para la educación de los niños dentro del espectro hay una dificultad añadida: necesitan un profesor sombra en el aula cuyo salario debe ser cubierto por sus padres. Falta mucho por hacer y Tylenol no tiene la culpa.