De la escuela a la oficina
Dos años de pandemia se notan en los egresados
Han llegado al mercado laboral los estudiantes que tropezaron con la pandemia en sus últimos años de escuela o de universidad. Y... Houston, tenemos un problema. Reseña el Wall Street Journal las dificultades de estos jóvenes para adaptarse al entorno laboral. Problemas de interacción personal, de comunicación con los pares y los superiores, dificultad para tomar decisiones, para adaptarse a la cultura empresarial, exigencias extemporáneas sobre su carrera...
Problemas... ¿para entender su papel en el mundo? Eso no les hace especiales, todas generaciones han vivido ese trance.
Pero hay un terreno complicado que otros estudios también señalan. Es la generación que tiene habilidades tecnológicas innatas, nacieron ya con un dispositivo en la mano y las redes sociales para (in)comunicarse con los demás. Pero aquí y en el resto del mundo se constata que este entorno provoca falta de capacidad de concentración, dificultad para leer textos de más de cuatro párrafos, y absoluta confianza en lo que ven y leen en el entorno digital. A eso súmenle al menos dos años de estudios –la pandemia- aprobados al vapor. Y no olvidemos que República Dominicana fue uno de los últimos países en reabrir las escuelas. La universidad todavía tardó más por la renuencia de sus profesores a volver a las aulas. ¡Eso se nota!
Sin pensamiento crítico, análisis en profundidad o discernimiento, sin habilidades para navegar en entornos nuevos, con la inmediatez como medida del tiempo... ¿qué decisiones pueden tomar? En el lado opuesto, los optimistas: es una generación tolerante, respetuosa con el medio ambiente, inclusiva, cuida su salud mental, priorizan el equilibrio de la vida laboral y personal, son emprendedores, y más centrados que sus mayores los millenials...
Son teorías que no alivian una realidad: hay problemas para encontrar los empleados (ahora se dice talento) que las empresas necesitan. Y en todos los sectores.