Trump 2.0
Entre estadistas y lunáticos, comienza una nueva era

En unas horas Donald Trump se juramentará por segunda vez como el presidente de los Estados Unidos. Y en esta oportunidad, como se esperaba, se rodeará de incondicionales. Conocidos los nombres de su gabinete queda claro que tendrá de todo, prestigiosos profesionales y experimentados estadistas, pero también excéntricos y lunáticos "de tomo y lomo".
Marco Rubio será Secretario de Estado, senador de largo recorrido y liderazgo en el comité de relaciones exteriores de esa cámara y conocedor de los retos geopolíticos que enfrenta su país en el mundo, de forma muy particular en America Latina. Que además podría presentarse como una "misa de salud" para República Dominicana. Quedó demostrado en su audiencia de confirmación, donde nos reconoció como un modelo regional y mostró empatía ante los retos que supone para el país la grave crisis haitiana.
Scott Bessent en el Tesoro y Howard Lutnick en Comercio serán figuras claves en la aplicación de la política económica del nuevo gobierno. Ambos ofrecen tranquilidad a los agentes económicos y financieros, son respetados por Wall Street y firmes partidarios de las políticas proteccionistas, la imposición de aranceles y avanzar en la guerra comercial con China.
También le acompañarán personajes que proyectan ser absolutamente disruptivos como Elon Musk y Vivek Ramaswamy, exitosos empresarios designados para liderar una oficina de eficiencia gubernamental encargada de ejecutar recortes presupuestarios por dos billones de dólares durante los próximos dieciocho meses, una cuarta parte de los cuales pretenden aplicarlos de forma inmediata.
Así como el próximo secretario de Salud Robert Kennedy Jr., vacuno-escéptico y divulgador de bulos durante la pandemia del Covid, que alega que un gusano se comió una parte de su cerebro. Es partidario de abordar el problema de salud de los estadounidenses desde una mejora en sus patrones alimenticios, para lo cual se dispone a enfrentar los poderosos sindicatos empresariales de alimentos y bebidas y de las grandes farmacéuticas.
Y como no podría ser de otra forma el manicomio también participa. Para Educación envía a la señora Linda McMahon, cofundadora de la mayor empresa de lucha libre y que sabrá mucho de patadas voladoras, pero tiene cero conocimientos del área pedagógica. Para el Pentágono va Pete Hegseth, veterano de guerra con ninguna experiencia en gestión pública y menos aún en materia de defensa; sus méritos le vienen de participar en un programa de la cadena Fox donde el hasta hoy presidente electo disfrutaba sus críticas a la administración saliente. Y para el FBI irá Kash Patel, conspiranoico comprometido con reformar el buró desde sus cimientos, eliminando su rol en la recopilación de inteligencia para centrarse en labores policiales; en una entrevista reciente afirmó que cerraría el edificio Hoover, su sede central, y lo convertiría en un "museo del estado profundo".
En fin, que hoy arranca la era Trump 2.0. Un periodo de incertidumbre que seguro dejará indiferente a nadie, pues puede salir muy bien con resultados positivos para los Estados Unidos y el mundo; pero también muy mal, profundizando hasta lo insalvable la división que padece la sociedad estadounidense y provocando funestas consecuencias geopolíticas que definan el derrotero global para lo que resta del siglo veintiuno.