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Buena suerte al Indomet y el retorno de los huracanes

La isla y sus tormentas, crónica de un país que sabe de huracanes

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Buena suerte al Indomet y el retorno de los huracanes
La temporada ciclónica es una realidad conocida por los dominicanos, que históricamente han sufrido los embates de huracanes desde la época colonial. (DIARIO LIBRE)

La lluvia no daña mi fiesta, la lluvia no daña mi vacilón, cantaba un conocido merengue de décadas pasadas. Aunque este merengue se ponía en Navidad, lo cierto es que la temporada ciclónica ocurría meses antes. Por ahora, estamos vigilantes con los huracanes y tenemos una institución meteorológica con imagen nueva.

Acostumbrados a la visita de los huracanes, los dominicanos saben cuál es el efecto de una tormenta: para las ciudades y para los campos. Los organismos de socorro nos dicen la verdad: las aguas arrasan sembradíos y poblaciones enteras, como ocurrió un fatídico 22 de septiembre de 1998 en el barrio conocido como La Mesopotamia, en la región sur de la isla.

La isla de Santo Domingo ha sido azotada por innumerables huracanes. En las crónicas de Indias se registra el fenómeno, al tiempo que historiadores modernos dan cuenta del proceso. Ahora estamos avisados sobre los huracanes que vienen todos los años. Esto nos permite prepararnos para no ser agarrados "asando batatas".

En la era colonial se narra el huracán del 16 de junio de 1494, que atacó de manera intensa a la isla La Española, el primero que vieron los colonizadores. Tres embarcaciones fueron hundidas en un huracán de 1495. En 1500 hubo un huracán que destruyó dos embarcaciones en las Bahamas. En 1502 hubo un devastador huracán que arrasó la isla Española, dejando hundidas 20 embarcaciones y todos los tripulantes fallecidos. El 12 de agosto de 1508 hubo un huracán que destruyó la población de Buenaventura. En 1519 hubo un huracán en Jamaica que dejó un barco hundido y 18 supervivientes, y en 1523 hubo uno en la costa oeste de la Florida que dejó dos embarcaciones hundidas y sus tripulantes fallecidos, por ejemplo.

Cientos de años después, nos enfocamos en la vigilancia, las advertencias, los avisos y los pronósticos. Esta temporada ciclónica inicia el 1 de junio y finaliza el 30 de noviembre. Aquí están los nombres de las primeras tormentas de la temporada: Andrea, Barry, Chantal, Dexter, Erin, Fernand, Gabrielle, Humberto, Imelda, Jerry, Karen, Lorenzo, Melissa, entre otros.

En algunos textos nodales se ha hecho, de manera detallada, la crónica del ciclón de San Zenón en 1930, y se estima que dejó entre 2,000 y 3,000 víctimas mortales, aunque algunos reportes dicen que fueron 8,000 los muertos. Fenómeno atmosférico que le permitió a Trujillo hablar de una Patria Nueva. Puede decirse que, así como Europa tuvo un Plan Marshall para su reconstrucción después de la Segunda Guerra, aquí tuvimos un plan de reconstrucción y de construcción de una Patria Nueva. La intención fue construir la ciudad luego de la ocurrencia de la llamada Madre de las Tormentas, el ciclón de San Zenón.

Cuando arriba la temporada ciclónica, uno se pregunta cómo funciona el Indomet, otrora Oficina Nacional de Meteorología (ONAMET). Se espera que funcione bien en esta temporada. El ejemplo está a la mano: otros países tienen un mecanismo de aviso a la población que pasa por el manejo de los medios. Se le anuncia a la gente cuál será la temperatura del día próximo. Pensamos en las estaciones de televisión norteamericanas, donde esto se maneja con suma seriedad. Queremos que se dé cátedra en los próximos meses ciclónicos.

No estoy hablando de que se haga la predicción de tantos milímetros de agua acumulada, que a fin de cuentas es plausible que el Indomet los conozca. Me refiero, simplemente, a que se diga: "Señores, mañana lloverá, lleve su paraguas". Ahora bien, el asunto de las tormentas es otra cosa. Todos los años tenemos una lista de tormentas que llegan al país de manera intensa, como lo hicieron David, Flora y Federico. Sabemos los estragos que hizo Katrina en Nueva Orleans, Georges en el país y María en Puerto Rico. Se estima que el huracán Katrina fue el más mortífero en Estados Unidos desde el huracán San Felipe de 1928. Hubo daños estimados en 125,000 millones de dólares y 1,392 víctimas mortales. Hay que recordar que el huracán David, hasta hoy, es el huracán de mayor categoría que ha tocado tierra dominicana: categoría 5.

El COE está comandado por una serie de hombres y mujeres que sería bueno aupar y felicitar por el enorme trabajo que hacen: salvar vidas. Esperamos que esta temporada ciclónica deje menos desastre que años anteriores. Solo debemos pedir que las autoridades puedan trabajar de manera concentrada en momentos en que la ciudadanía pone su fe en ellos. Así se hace un mejor país. Use su paraguas.

 

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El autor es mercadólogo, escritor y melómano nacido en 1974.