El mito de las exportaciones
Conviene enfocar los esfuerzos de diversificación de las exportaciones hacia los pequeños mercados regionales
Las exportaciones dominicanas de bienes se duplicaron entre 2014 y 2024 de USD $6,800 millones a $13,800 millones. Dentro del total de exportaciones, el crecimiento del segmento de las exportaciones nacionales ocurrió algo más lentamente, aumentando de forma conjunta tanto los rubros agrícolas como industriales. Esto representó un incremento de apenas USD$1,225 millones en década y media. Durante el mismo periodo, las exportaciones de zonas francas crecieron en más de USD$4,000 millones, representando este sector consistentemente alrededor del 60 % de lo exportado.
Por su lado, las exportaciones de minerales pasaron de USD$20.1 millones a USD$1,499.9 millones durante ese periodo, impulsadas por el crecimiento del precio del oro y un mayor volumen de extracción. Actualmente, el doré representa la décima parte de todo lo exportado.
La reactivación de la minería de oro resultó en que el sector rápidamente superara a las exportaciones agropecuarias totales (nacionales y de zonas francas, estas últimas compuestas primordialmente por el cacao).
Más recientemente, las exportaciones dominicanas de 2023 y 2024 igualaron los montos de 2021 y 2022, de manera que el crecimiento de los últimos años se trata de una recuperación.
Si comparamos la trayectoria comercial del país con otros países en la región miembros del DR-CAFTA vemos que la R.D. sigue la tendencia general. Esto apunta a que el crecimiento del comercio con el principal socio importador no luce distinguirse significativamente de su entorno general.
EE. UU. y Puerto Rico absorben casi dos tercios de las exportaciones totales de R.D. Ante la imposición de aranceles a las importaciones a EE. UU. que pudiera disminuir el volumen exportado por un efecto de traspaso a los precios algunos han proclamado que la solución consiste en exportar a otros mercados. ¿Cuáles?
Las exportaciones agrícolas dominicanas se componen principalmente de cacao y guineos, que superaron cada uno los USD$200 millones en 2024, seguido de lejos por aguacates y ajíes. África y Asia producen rubros agrícolas muy similares a los nuestros, en mayor volumen y con mayor cercanía a los mercados grandes alternativos como Europa, Medio Oriente y China, lo que reduce nuestras posibilidades de competencia. Tal vez por eso las exportaciones a China permanecen estancadas en valores menores. De hecho, nuestra estructura comercial internacional permanece prácticamente inalterada.
Entre las exportaciones nacionales industriales se destacan el azúcar, los productos químicos, cemento gris y envases y tapas plásticos, los únicos rubros que generaron ingresos por más de USD$100 millones en 2024. Estos cuatro rubros representan más de la mitad de las exportaciones industriales.
Así, la región del Caribe y Suramérica, particularmente Haití, que importa casi el mismo valor de exportaciones no de zona franca que EE. UU. (donde una diáspora importante compra productos ´nostálgicos´ que incluyen desde desrizadores de pelo hasta galletas, ron y cerveza), y en menor grado Cuba -que importa desde R.D. más que España-; y Guyana, se revelan mercados importantes. Por demás, R.D. un escenario de concentración comercial donde tres países grandes, EE. UU., Suiza (oro) y la India absorben la mitad del total de las exportaciones nacionales.
Los datos indican una gran dependencia de las zonas francas con origen y destino en EE. UU., un esquema que nos ha favorecido grandemente. Por otro lado, la diversificación de los mercados de exportación de productos nacionales no luce viable más que a nivel regional en mercados menos desarrollados que los nuestros. Es allí donde deberían concentrarse los esfuerzos de promoción comercial.