×
Versión Impresa
versión impresa
Secciones
Última Hora
Podcasts
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Juegos
Herramientas
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Redes Sociales

El costo del clima

No hay más remedio que aceptar los humores de la naturaleza.

Expandir imagen
El costo del clima
Puente colapsado (FUENTE EXTERNA)

El cambio climático es innegable. Aunque no entendamos bien las razones, que van desde el aumento de la contaminación en el último siglo hasta ciclos milenarios de enfriamiento y calentamientos -o ambos-, el hecho es que desde hace unas décadas la frecuencia de huracanes de alta categoría ha aumentado. Desde 1900 a 2020 el promedio de huracanes se ha duplicado de 5 a 10 por año. Este último dato es similar al promedio para el período 1880-1900. A nivel económico, los efectos pueden ser significativos y presentan un sesgo hacia las áreas rurales donde afectan la agricultura y las congestionadas zonas de pobreza urbana.

En el caso de la República Dominicana, las últimas décadas han traído a los huracanes David y Federico (1979), que costaron el 16 % del PIB, seguido del huracán Georges (1998) que costó 14 % del PIB. Mejoras en la meteorología y en las medidas precautorias redujeron significativamente el impacto, económico y humano, de sucesivos eventos.

Jeanne (2004) impactó la industria turística del este por falta de manglares, pero sacrificó apenas el 0.4 % del PIB. Noel y Olga (2007) provocaron daños estimados en 1.3 % del PIB, e Isaac y Sandy (2012) acumularon pérdidas por 0.4 % del PIB cada uno.

María e Irma (2017), de categoría cinco, costaron 1.5 % del PIB. Puerto Rico no contó con tanta suerte. María destrozó infraestructuras dejando zonas incomunicadas por meses. Tres mil vidas se perdieron más pérdidas equivalentes al 21 % de su PIB. Posteriormente, más de medio millón de personas emigraron.

RD acaba de tener mejor destino que Jamaica. Melissa solo trajo lluvias y dos días laborables de cierre parcial aplicable al D.N. y 23 provincias. Esto afectaría principalmente al consumo ya que las inversiones, exportaciones e importaciones pueden trasladar sus actividades y recuperarse sin mayores implicaciones en poco plazo.

Según las cuentas nacionales, el consumo privado promedio ronda unos RD$17,000 millones por día. Asumiendo un cierre del 50 % esto rendiría una pérdida estimada en RD$17,000 millones o apenas un 0.2 % del PIB 2025. Un cierre del 25 % habría costado la mitad.

Sectorialmente, actividades como educación y comunicaciones no se verían afectadas al saldarse con anterioridad. Salud vería solo afectadas las consultas. Las actividades más afectadas entonces serían: manufactura, construcción, comercio, turismo y transporte. Analizado así, el estimado rinde unos RD$15,500 millones de pérdidas concentrados en los sectores de construcción y comercio. Como arriba, este estimado es sensible a los grados de cierre en cada sector.

En el caso de la agropecuaria, que venía creciendo a doble dígito hasta junio, las estimaciones preliminares de pérdidas de cosechas rondan los RD$1,350 millones, un 0.3 % del PIB agrícola. Aunque luce poco, esto pudiera aumentar el precio de ciertos rubros de ciclo más largo si la oferta se reduce.

Visto todo lo anterior, el impacto de Melissa no luce que pesará mucho sobre las proyecciones de crecimiento para fin de año, reducidas por otras razones a 2.5 %. A considerar también los posteriores efectos positivos de las lluvias no catastróficas sobre la agricultura y el aumento del PIB del agua.

No hay más remedio que aceptar los humores de la naturaleza. Pero podemos planificar los centros urbanos alrededor de las cuencas hidrográficas, como señala el Dr. Carvajal, y diseñar sistemas de drenajes suficientes, educando sobre el manejo de los desechos que los obstruyen. También la agricultura amerita planificar alguna protección.

Ya que contamos con una ley que destina el 1 % de los ingresos corrientes a un fondo para el Fondo de Calamidad, este, y algunos préstamos multilaterales ´verdes´ podrían invertirse preventivamente para minimizar el costo de remediar futuros eventos climáticos que obligarían a recurrir al endeudamiento adicional previsto en la Ley de Presupuesto de hasta 0.5 % del PIB.

TEMAS -

Economista Senior de firma Intelligent Economics.