De la inflación a la ola azul
El costo político de la incertidumbre económica
Cuando analizamos la historia política reciente de República Dominicana y de otros países del mundo, el denominador común al evaluar los resultados electorales de las urnas, resalta un elemento muy relevante: el desempeño económico de la administración pública. El anterior es el que quita o confirma gobiernos.
El segundo factor por el cual los votantes se vuelcan contra el poder establecido, lo constituye cuando los ciudadanos descubren la intención de vulnerar la Constitución para llevarse por delante las instituciones públicas, a los fines de imponer un proyecto político continuista con todo y lo que implica.
El primer factor, la economía, es el que todos los analistas y las encuestas de prestigio mundial refieren para evaluar el resultado negativo para los republicanos en las elecciones municipales en tres de las ciudades más icónicas de los Estados Unidos. En Nueva York, Nueva Jersey y Virginia los demócratas barrieron a los postulantes apoyados por el presidente Donald Trump.
Aunque el presidente norteamericano y sus seguidores se afanen en negarlo, la economía se ha complicado para los millones de estadounidenses e inmigrantes desde que Trump llegó a la presidencia hace un año, a pesar de que su campaña se centró en prometer precios más bajos en los artículos de consumo masivo y reducir los costos de la electricidad y los alquileres, entre otras promesas. La decisión de tirar abajo el Ala Este de la Casa Blanca para construir un salón de baile tampoco es visto con simpatías, lo que es una señal más de que en Washington hay más preocupaciones por los temas pequeños, mientras los grandes siguen a la deriva.
La guerra de los aranceles, advertida por la mayoría de los economistas de renombre universal, es un tira y afloja que trae incertidumbre y desconfianza entre aliados y adversarios.
De acuerdo con cálculos publicados el 24 de octubre de este año por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), basados en el Índice de Precio al Consumidor (CPI), se registró una inflación acumulada de 2.9 por ciento, impulsada por alimentos y energía en el 2025.
Aunque en el primer mandato de Trump la inflación fue baja y estable, este año se produjo una volatilidad en los precios de los alimentos y la energía, lo que es atribuible al impacto de la guerra de los aranceles impulsada por la actual administración contra los países que comercializan con los Estados Unidos. Los precios de los alimentos crecieron un 3.0 por ciento. A esto se suman los recortes de impuestos y las deportaciones compulsivas. De acuerdo con la encuesta Moody`s Analytics, los hogares estadounidenses promedio gastan actualmente 208 dólares más al mes que en septiembre de 2024.
Obviamente, hay otras causas de tipo político para que la barrida en en esas tres ciudades haya sido tan contundente: el impacto de las políticas migratorias impulsadas por el presidente Trump que, aunque tiene base de legitimidad, la forma en la que se aplican parece amenazar con derribar todo el andamiaje de las libertades públicas que al pueblo norteamericano le ha costado vidas y sangre derramada. El cierre más prolongado del Gobierno que se haya producido, fue otro elemento a tomar en cuenta, sin juzgar la política exterior zigzagueante. Esta última da la sensación de improvisación, esencialmente por el menosprecio a las instituciones multilaterales que, bien que mal, han jugado su rol en la estabilidad mundial desde que se crearon en los acuerdos de Bretton Woods.
Hay que continuar observando el comportamiento de la economía más grande de occidente, de la que República Dominicana depende tanto.

Rafael Núñez