ChatGPT, ChatGPT... ¿Quién es el más lindo de todos?
Abran paso espejos, padres, tarotistas, estoicos, pastores y demás

Si una hoja en blanco resulta provocadora, imagínese una caja de texto con un comando o pregunta abierta. Páginas web, redes sociales y plataformas digitales en general construyen sus interfaces bajo el poder de la simpleza: una pregunta y un campo dispuesto a responder.
¿Qué está pasando?, cuestiona X. "¿Qué estás pensando, (Nombre)?", pregunta Facebook con tono más personalizado. "Cuenta el chisme", suplica el atrevido de TikTok, aunque no se limita a un solo comando. "Pregunta lo que quieras", invita ChatGPT.
Para los gustos, los colores. Así como algunos prefieren el blanco y otros el negro, hay quienes usan la inteligencia artificial (IA) estrictamente para fines laborales, y quienes le abren las puertas de sus más íntimos secretos con tal de obtener la ruta idónea para tomar decisiones de vida.
La mente suele asumir que las decisiones importantes son solo aquellas de gran escala, cuando en realidad nuestros días son un maratón de elecciones: desde qué desayunar hasta a qué hora dormir. Las que más nos importan, son las que más pensamos. Y ahí es donde algunos acuden a herramientas como ChatGPT en busca de respuestas o consuelo.
Aunque la eficacia y utilidad de la IA están más que comprobadas, también tiene desventajas, como todo lo que existe. Adoptarla como reemplazo de un profesional de la salud mental, en lugar de usarla como recurso complementario, representa un riesgo difícil de enmendar.
El especialista en liderazgo y estrategia Michael D. Watkins resume en un video titulado "Cómo aprovechar correctamente la marea cambiante de la IA" tres limitaciones clave que conviene tener presentes:
- Alucinaciones: lo que la IA no sabe, lo inventa. Incluso puede admitir que recurrió a datos ficticios para cumplir con la orden, si se le cuestiona.
- Sesgo de complacencia: está diseñada para ser completamente amable y servicial, lo que limita su capacidad crítica o confrontativa.
- Sesgo de optimismo: tiende a suponer que todo está y estará bien.
Aplicadas al ámbito de la salud mental (ya sea psicoterapia o medicación psiquiátrica) estas limitaciones pueden convertirse en un problema. Si una persona decide confiar por completo en un modelo de lenguaje automatizado para resolver conflictos internos, corre el riesgo de desinformarse o reforzar ideas erróneas.
La responsabilidad no recae únicamente en las autoridades. También corresponde a cada usuario decidir con criterio hasta qué punto confiar en ellas.

Tammy Cuevas