Planes que antecedieron a la desocupación militar de Santo Domingo en 1924
El frente unido que desafió la intervención extranjera
Transcurridos dos años de finalizada la Gran Guerra (1914-1918), se produjo una suerte entendimiento entre el liderazgo político dominicano y el gobierno interventor debido, principalmente, a que en los Estados Unidos se iniciaron gestiones para concertar un acuerdo bilateral o entendido de evacuación de Santo Domingo.
Con tal motivo, en 1921 visitó Santo Domingo una comisión especial del senado estadounidense con el fin de conocer la real situación dominicana. Habían circulado rumores en el sentido de que se prolongaría la ocupación militar, cosa que alarmó sobremanera a los nacionalistas, queines aceleraron su campaña internacional con el fin de recuperar la soberanía dominicana.
Uno de los ciudadanos que comparecieron ante la comisión senatorial norteamericana fue Francisco J. Peynado quien, el 10 de diciembre de 1921, declaró que "como un dominicano orgulloso de su nacionalidad y entristecido por la presente condición de la República Dominicana...", y aseguró que "los dominicanos no quieren la ocupación americana de su territorio" para la cual "no había ninguna razón".
A finales de 1921 los principales líderes políticos dominicanos, y algunos representantes de la sociedad civil, se reunieron en Puerto Plata y elaboraron una fórmula política conocida como el "Pacto de Puerto Plata", cuyas demandas, básicamente, eran las mismas de la Unión Nacionalista: desocupación pura y simple del territorio nacional y restitución del gobierno del ex presidente Francisco Henríquez y Carvajal.
Ante tales exigencias, los Estados Unidos no estaban dispuestos a acceder, ni mucho menos a reconocer que habían ocupado un país soberano y desconocido su Constitución política. Fue necesario, pues, buscar una salida negociada entre las partes en conflicto, sobre todo cuando -por la parte dominicana- no había posibilidad de alcanzar una victoria por la vía armada.
Desde el año anterior, los norteamericanos habían propuesto al menos dos fórmulas para solucionar la cuestión de Santo Domingo. A finales de 1920 se presentó un programa de retiro gradual de las tropas interventoras conocido como Plan Wilson, pero dicha pieza generó encendidas protestas por parte de los nacionalistas dominicanos, debido a que algunos de sus puntos resultaban inaceptables y otros estaban vagamente delineados.
En el entretanto, en 1921 se celebraron nuevas elecciones en los Estados Unidos y resultó electo Presidente el republicano Warren G. Harding, circunstancia que generó otras expectativas respecto de la solución del caso dominicano. En los corrillos políticos se rumoreó que, respecto de la cuestión dominicana, los republicanos tenían agenda y planes un tanto diferentes de los del partido demócrata, de suerte tal que, en el mes de junio, el Departamento de Estado anunció una nueva fórmula orientada a materializar la desocupación del territorio dominicano.
Sin embargo, previo al retiro de las tropas era necesario garantizar o "blindar", como se dice ahora, que los compromisos financieros contraidos internacionalmente para costear proyectos de infraestructura; que las disposiciones jurídicas, denominadas Órdenes Ejecutivas y que todas las órdenes administrativas del gobierno interventor, fuesen debidamente reconocidas y asumidas por las nuevas autoridades.
Según la lógica imperial, el estatuto de no pocas ejecutorias del gobierno militar de hecho había adquirido carácter de legitimidad, aunque no de derecho, y por lo tanto no se estaba dispuesto a reconocer que la intervención militar había sido un acto ilegal y violatorio de los derechos humanos y constitucionales del pueblo dominicano. En eso, surgió la fórmula Peynado, cuyo contenido y alcances analizaremos después.

Juan Daniel Balcácer