Con gusto míster Hegseth
República Dominicana se une a la operación "Lanza del Sur" contra el narcotráfico y la satrapía venezolana
Tras la visita del secretario de guerra de los Estados Unidos Pete Hegseth, el gobierno dominicano anunció que con el propósito apoyar la lucha contra el narcotráfico en la región dará soporte a la operación militar Lanza del Sur que se desarrolla en aguas el Mar Caribe, permitiendo el uso restringido y por tiempo limitado de su espacio aéreo, el aeropuerto de Las Américas y la base aérea de San Isidro.
Al margen de cualquier consideración, simpatía o ideológica política, constituye un hecho fáctico que existe complicidad entre una parte del gobierno y ejército venezolano con el envío hacia Estados Unidos desde sus costas caribeñas y utilizando como puente el territorio dominicano. Esto se encuentra documentado en operaciones de inteligencia y en testimonios ofrecidos en cortes estadounidenses.
Pero es igualmente cierto que la presencia militar estadounidense en la región también tiene como objetivo geopolítico producir un cambio político en Venezuela, como parte del nuevo ordenamiento que se produce actualmente en el tablero de poder global.
Por eso es correcto que el gobierno dominicano coopere con nuestro principal socio comercial y aliado estratégico en cualquier operación contra el crimen organizado y el narcotráfico, y mejor aún si de paso también podemos contribuir a que los venezolanos se libren de la satrapía que les tiraniza.
Se lo debemos a ese pueblo hermano, con profundas colindancias y similitudes, y vínculos que se remontan al origen mismo de nuestra nacionalidad. Venezuela siempre fue solidario con las luchas por la libertad de República Dominicana, y es imposible contar la historia de esta democracia de la que hoy disfrutamos, sin la participación estelar del liderazgo venezolano en más de un episodio. Por eso, hoy que toca a los venezolanos luchar por recuperar su democracia y su libertad, lo que corresponde es acompañarlos.
Y aunque Donald Trump parece decidido a terminar de una vez y por todas con la dictadura chavista, y el despliegue militar en la región no tiene precedentes; visto el escenario geopolítico y la propia resistencia del presidente estadounidense a desplegar tropas de su país en otros territorios, parecería poco probable que se produzca una invasión o una operación terrestres a gran escala. Pero es evidente que algo está por suceder, y que esos delincuentes sienten en sus cogotes el aliento del imperio.
Para evitar que se derrame sangre venezolana, lo ideal es que las presiones surtan efecto y que una negociación propiciara que esa narco-dictadura salga por sus pies de Caracas y se vayan a disfrutar su mal habida fortuna allá donde les acojan; aunque resulte necesario aceptar el trago amargo de que se larguen impunemente, en lugar de lo que merecen, que es salir de Miraflores amarrados rumbo a una cárcel de máxima seguridad.
Por tanto constituye un acierto del presidente Abinader colocar este país del lado del pueblo venezolano y su libertad, colaborando con lo que esté a nuestro alcance para que se produzca la caída del régimen chavista y se restaure la democracia. Y si lo que necesitan los estadounidenses es utilizar nuestras bases, aeropuertos y el espacio aéreo dominicano, pues con mucho gusto míster Hegseth.

Óscar Medina
Óscar Medina