Digesett y los parqueadores
Era hora de que se prestara atención
Es hora de hablar con crudeza, lo que la Digesett está haciendo no es una "batida", es una limpieza necesaria -y tardía- de uno de los cánceres urbanos que ha degradado la vida en el Distrito Nacional: los parqueadores informales.
Durante años, estos individuos se adueñaron de las calles, impusieron tarifas arbitrarias y convirtieron el espacio público en territorio de chantaje. Eran -y son- una manifestación de la anarquía disfrazada de necesidad, tolerada por la dejadez oficial.
La intervención en sectores como Don Bosco es apenas el comienzo de lo que debería ser una cruzada integral por la recuperación del orden urbano. Pero atención: si esto no se mantiene, si no hay consecuencias reales para quienes reincidan, volverán como plagas después de la lluvia.
Y mientras tanto, Diario Libre ha hecho su parte: informar, fiscalizar, estar en la calle. Su cobertura ha generado el respaldo masivo de una ciudadanía harta de la impunidad cotidiana.
Los miles de comentarios y reacciones en sus redes sociales no son solo cifras, son gritos de aprobación, un clamor colectivo por recuperar la ciudad. Ojalá el Gobierno escuche ese llamado y entienda que gobernar también es liberar el espacio público del abuso diario que sufre el ciudadano decente.