Crueldad, irresponsabilidad y espejismos
La tragedia de Playa Juanillo revela la desconexión social dominicana
La imagen de un niño de siete años desaparecido en altamar tras naufragar una yola sobrecargada y sin seguridad, debería bastar para estremecer a un país entero. Tanto por la tragedia en sí como por lo que revela sobre el grado de desesperación, irresponsabilidad y desconexión con la realidad que todavía persisten en nuestra sociedad. ¿Puede alguien justificar llevar a un niño a una travesía clandestina, de madrugada, en una embarcación artesanal, sabiendo los riesgos fatales que conlleva?
No estamos hablando de refugiados atrapados en una guerra civil ni de hambrunas masivas. ¿Está tan mala la situación en la República Dominicana como para justificar esta locura? Lo cierto es que no. Lo que hay, en muchos casos, es una percepción distorsionada, una promesa engañosa del "sueño americano" que ya no existe como tal. Un espejismo peligroso el cual ignora las redadas, las deportaciones exprés, la criminalización del indocumentado y la angustia de vivir escondido bajo un sistema cada vez más hostil.
Lamentablemente, las redes de tráfico de personas se alimentan de esa ilusión, y hay quienes, por codicia o desatino, exponen incluso a menores a una muerte absurda. La yola que se hundió en Playa Juanillo naufragó en el mar, y también encalló, moralmente, en nuestra conciencia colectiva.