El NY dominicano
Cultura y pasión en la Sexta Avenida: la fiesta dominicana
En la Sexta Avenida, convertida por un día en pasarela de identidad, el Desfile Dominicano volvió a demostrar que la diáspora no olvida de dónde viene.
La edición número 43 reunió a miles de compatriotas, de banderas en mano y corazón encendido, que desde temprano reclamaron un espacio visible en la urbe que, con justicia, muchos llaman "la tercera ciudad de la República Dominicana".
Fue un acto festivo y un ejercicio de resiliencia. Cada comparsa, cada "diablo cojuelo" y cada ritmo de merengue y bachata recordó que, aunque se viva lejos, las raíces no se negocian.
Entre el bullicio y el calor de agosto, el desfile funcionó como puente emocional entre dos orillas: la isla que los vio nacer y la metrópoli que los acoge.
Incluso quienes no son dominicanos quedaron atrapados por la energía contagiosa.
Una pareja irlandesa, atraída por la música, encontró en esos minutos una ventana a un país que aún no conoce, pero que ya los sedujo.
La presencia de autoridades, artistas y ciudadanos comunes confirma que la comunidad dominicana en Nueva York es vibrante, visible, cohesionada y orgullosa. En cada edición del desfile, reafirma que su cultura no es equipaje de viaje, sino casa que se lleva a cuestas.