Hay unos atrevidos...
3,000 pesos por la historia, el insultante precio del robo al Instituto Duartiano
Hay que tener temple —y descaro— para entrar al Instituto Duartiano, corazón simbólico de la nación, y salir con dos anillos que pertenecieron nada menos que al Padre de la Patria. El sujeto, alias "el Cojo", fingió interés por un tour, esperó como quien revisa el menú en un café, y aprovechó un descuido para sustraer piezas con más historia que su propia biografía.
Uno de los anillos lleva el rostro de Duarte; el otro, un rubí que fue obsequiado a su prometida. Juntas, ambas joyas cuentan un relato íntimo y solemne de nuestra historia. El ladrón, en un despliegue de miopía patrimonial, decidió venderlas por la módica suma de tres mil pesos. Tres mil. Lo que cuesta un celular de segunda mano o una cena para dos en un restaurante medio bueno.
La osadía merece condena rotunda, aunque no sin cierta incredulidad: ¿en serio alguien piensa que se puede empeñar el anillo de Duarte sin que se arme un escándalo nacional? No se roba así de la casa de un pueblo sin que el pueblo lo note. Y en este caso, lo notó. La historia —y la justicia— harán bien en recordarle que el patrimonio no se toca... y que no todo lo que brilla se vende.