La reafirmación de la dignidad humana
Más que compasión, la reparación integral como derecho exigible
El derecho es, antes que nada, la afirmación de la dignidad humana. En ese orden, centrar la acción pública en los derechos de las víctimas no es un gesto de compasión, sino la aplicación estricta de un principio cardinal del derecho. El Ministerio Público lo ha recordado con las palabras del procurador adjunto Wilson Camacho: "el Ministerio Público enfoca grandes esfuerzos en velar por los derechos de las víctimas". No debería ser noticia, pero en un sistema donde tantas veces la víctima es relegada, lo es.
La justicia no puede reducirse a procesar al imputado ni a engrosar estadísticas. El daño infligido clama por reparación, y esa reparación solo es real cuando el Estado asume que la víctima merece protección, voz y reconocimiento. El acceso a información, la representación legal, la seguridad personal y la reparación integral no son favores otorgados, sino derechos exigibles.
Camacho subraya un deber que no se agota en la retórica. Se trata de devolver confianza en un sistema judicial que durante décadas se inclinó más hacia la impunidad que hacia la restitución de derechos. Colocar a la víctima en el centro de la acción pública es reconocer que sin su dignidad garantizada, la justicia no es justicia.