El ejemplo de las tortugas
El oleaje de Miches borra huellas, no esperanzas
En medio de tanto ruido —político, social y mediático—, hay silencios que valen más que mil discursos. Uno de ellos llega desde las playas de Miches, donde las tortugas marinas han decidido convertir este 2025 en un año récord de esperanza. Más de 3,600 huevos protegidos hasta agosto, superando en unos meses lo alcanzado en los dos años anteriores juntos, son prueba de que cuando la comunidad, el Estado y el sector privado se coordinan, la naturaleza responde.
La depredación de nidos, la venta ilegal de huevos y la pérdida de hábitat han puesto en jaque a estas especies milenarias. Sin embargo, gracias al trabajo de Prototortuga y al respaldo de instituciones y empresas, los neonatos encuentran hoy un camino más seguro hacia el mar. Allí donde antes había indiferencia o codicia, ahora se levantan cercos de protección y manos voluntarias que entienden que la conservación es también una forma de dignidad.
Las tortugas anidan en silencio, ajenas a la estridencia de los humanos. Ese silencio es hoy una lección. Se puede regenerar, se puede cuidar, se puede hacer turismo responsable. En las arenas de Miches, mientras el oleaje borra huellas, queda escrita una historia distinta, la de un país capaz de proteger su propio futuro.