Vengan de donde vengan, ilegalidades son
Migración arrastró al país a un escándalo internacional con viejas prácticas
Jean Alain Rodríguez, bajo serias acusaciones judiciales, acaba de ganar un asalto de los muchos que tiene por delante. La Cuarta Sala Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional condenó a la Dirección General de Migración (DGM) por haberle impedido de forma ilegal y arbitraria la salida del país junto a su familia en los años 2020 y 2021.
Los derechos no son favores graciosos del Estado sino garantías que se respetan. Por eso resulta bochornoso que, a estas alturas, la justicia dominicana se vea obligada a condenar a Migración por haber actuado en abierta contradicción con lo dispuesto por la entonces procuradora general, Miriam Germán.
Ella había dejado claro que las llamadas "alertas migratorias" no podían erigirse en impedimentos de salida, pues carecen de base legal y violan el debido proceso. La orden era inequívoca: eliminarlas para que ningún ciudadano fuese retenido en aeropuertos por una simple instrucción administrativa, sin decisión judicial de por medio.
Sin embargo, Migración prefirió aferrarse a viejas prácticas, y con ello arrastró al país a un escándalo internacional. El tribunal no tuvo otra opción que condenar y dejar establecido lo obvio. Solo un juez puede restringir el derecho de una persona a entrar o salir de su territorio.