La distancia verdadera: UASD y sus extensiones
Se debe mejorar la calidad académica
El presidente Abinader inauguró en Cotuí otro centro regional de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Ya son cuatro las extensiones abiertas por su Gobierno en menos de un quinquenio, un logro que amplía la oportunidad de acceso a la educación superior. El propósito es claro y legítimo: que ningún joven tenga que recorrer más de cuarenta kilómetros para asistir a la universidad.
Pero la distancia que separa al estudiante del conocimiento no siempre se mide en kilómetros. La UASD crece en metros cuadrados, pero no en calidad académica. Construir aulas sin reformar la enseñanza es repetir un error histórico: confundir expansión con progreso. Lo que el país necesita no es solo una universidad más cerca, sino una universidad mejor.
Mientras la institución pública no renueve sus métodos, no evalúe su cuerpo docente y no exija rigor en la formación, los nuevos recintos solo producirán más de lo mismo: profesionales con título pero sin competencia.
El Gobierno cumple con su parte al levantar muros y techos; toca a la UASD construir el saber que los habite. De lo contrario, el país seguirá invirtiendo millones para acercar la universidad al pueblo, pero alejando el conocimiento de la excelencia
