Doña Mary Pérez viuda Marranzini
Doña Mary no solo fundó una institución; encarnó un modelo de solidaridad pragmática
La partida de doña Mary Pérez viuda Marranzini deja un vacío en nuestra sociedad, pero también un legado imborrable de entrega, humanidad y visión.
Doña Mary fundó la Asociación Dominicana de Rehabilitación (ADR) y dedicó más de seis décadas a transformar el dolor en esperanza, las limitaciones en oportunidades y la exclusión en inclusión.
Doña Mary no solo fundó una institución; encarnó un modelo de solidaridad pragmática. Su tenacidad, esa mezcla de serenidad y firmeza, logró unir voluntades y recursos en un país donde escasean ambos.
Al igual que doña Rosa Emilia Sánchez de Tavares, desde la Liga Dominicana Contra el Cáncer, ambas fueron pilares en la ayuda al prójimo desde sus esquinas.
Ambas mujeres, con caminos distintos pero con un mismo propósito, nos enseñaron que el verdadero progreso de una nación se mide en la calidad de vida de sus ciudadanos. Hoy, su legado nos obliga a seguir trabajando por un país más inclusivo y más humano.