Exageración que revela verdades
Puede parecer excesivo lo dicho por Vatican News sobre la política migratoria dominicana
Puede parecer excesivo lo dicho por Vatican News sobre la política migratoria dominicana. Tal vez lo sea. Tanto como negarle atención médica a una mujer haitiana en trabajo de parto por no tener papeles.
En ambos casos, la desmesura no borra el fondo: el señalamiento de prácticas que deshumanizan al más vulnerable y que nos deja mal parados ante el tribunal de la ética.
Expulsar a quienes residen ilegalmente en el país es legítimo, pero solo si se hace con respeto a los derechos fundamentales, sin arbitrariedades ni brutalidad. Lo denunciable no es la aplicación de la ley, sino su uso como garrote ciego y populista.
Un Estado que se precia de democrático no puede actuar con frialdad mecánica frente a dramas humanos tan complejos.
Peor aún: hacerlo sin un plan serio y estructurado para regularizar la mano de obra extranjera indispensable es una torpeza monumental. La economía depende, en muchos sectores, de esos mismos inmigrantes que el discurso oficial quiere borrar del mapa.
Si la crítica vaticana duele, no es por injusta, sino por lo mucho que acierta. Nos confronta con una verdad incómoda: hemos convertido la necesidad en delito, y la pobreza en falta imperdonable.