Tapones y soluciones
El plan "RD se Mueve" es un avance, pero no resuelve el caos vehicular
Cualquier medida destinada a reducir los molestosos tapones en Santo Domingo debe ser bienvenida. El plan "RD se Mueve", recientemente anunciado por el Gobierno, apunta en la dirección correcta al intentar coordinar horarios del sector público y educativo, sincronizar semáforos y racionalizar el flujo vehicular mediante prohibiciones de giros conflictivos. Es un avance en la gestión del caos diario.
Pero no es, ni remotamente, suficiente. Con más de tres millones de desplazamientos diarios y una presión de 100,000 vehículos circulando por los corredores principales, la saturación del Gran Santo Domingo no se corrige con ajustes horarios, sino con una transformación estructural.
Esa transformación pasa por la ampliación y modernización del transporte colectivo. Solo un sistema de movilidad masiva, seguro y eficiente —que incluya metro, autobuses articulados, trenes de cercanía y ciclovías reales— podrá sustituir el uso indiscriminado del vehículo privado.
Y también por la educación ciudadana: porque de poco sirve sincronizar semáforos si nadie respeta el rojo.
La integración institucional que propone el Gabinete de Transporte es una buena señal. Pero, sin inversión seria y sostenida, y sin una ciudadanía dispuesta a ceder privilegios individuales por el bien común, los tapones seguirán siendo parte del paisaje... y del fastidio cotidiano.