Boca Chica la playa de todos
Boca Chica es el balneario emblemático del pueblo llano
Boca Chica no es solo una playa. Es la playa de Santo Domingo: el balneario emblemático del pueblo llano, del dominicano de a pie que no puede darse el lujo de vacacionar en Bávaro o en Samaná.
Es una zona de extrarradio profundamente ligada al ocio popular, cuya belleza natural fue, durante décadas, opacada por el descuido, la improvisación y la falta de inversión pública.
Por eso, la promesa del Gobierno de invertir más de RD$600 millones en su remodelación urbana y costera merece atención.
El plan, anunciado por el ministro de Turismo, David Collado, abarca desde la reconstrucción del malecón y el asfaltado de calles hasta la mejora del drenaje pluvial, la creación de parques y la dignificación del comercio informal mediante préstamos, capacitación técnica y renovación de casetas con apoyo estatal.
Más allá del evidente impacto en infraestructura, esta intervención plantea interrogantes sobre el modelo de desarrollo turístico que estamos construyendo.
Boca Chica no debe ser convertida en un escaparate elitista ni en un parque temático para visitantes. Su rehabilitación debe preservar lo que la hace única: su carácter accesible, su arraigo comunitario, su valor sentimental para generaciones de capitaleños.
La transformación de este litoral puede marcar un antes y un después en la gestión del turismo popular. Pero para que ese "después" sea sostenible, equitativo y resiliente, se necesita más que cemento y pintura: se requiere visión de Estado, planificación intersectorial y compromiso político con la justicia territorial.
Boca Chica debe seguir siendo de todos, pero mejor.