Proteger sin censurar
Libertad vs. caos digital ¿cómo regular sin censurar en República Dominicana?
La libertad de expresión es pilar de la democracia, pero en la República Dominicana convive con un ecosistema digital donde el agravio y la desinformación se propagan sin consecuencias inmediatas. Las redes amplifican voces valiosas, pero también facilitan linchamientos, rumores y ataques desde el anonimato. Abundan las sentinas digitales.
En el Congreso reposa una propuesta de ley sobre expresión y difusión del pensamiento, aún sin debate. Una legislación moderna permitiría equilibrar derechos: proteger la dignidad sin reprimir la crítica ni sofocar el debate. No se trata de acallar voces, sino de exigir responsabilidad a quienes usan la palabra para manipular o destruir.
Australia ha restringido el acceso de menores a redes como YouTube sin caer en autoritarismo, demostrando que se puede legislar desde el interés colectivo, cuidando a los más vulnerables sin silenciarlos. Aquí, sin embargo, se ha hablado más de libertades que de compromisos.
Regular el espacio digital no es controlar opiniones, sino crear un entorno justo. En un país donde el daño a la reputación ocurre en segundos y la reparación llega —si llega— cuando ya es tarde, no hacer nada es perpetuar la impunidad.
Una democracia sana exige libertad, pero también verdad, respeto y justicia. No hay expresión digna sin responsabilidad compartida.