Un paso firme
República Dominicana sube de nivel, pero el reto fiscal persiste
La decisión de Moody´s de elevar la calificación crediticia de la República Dominicana a Ba2, con perspectiva estable, es una señal poderosa de confianza en el rumbo económico del país. No es un aplauso simbólico, sino un juicio técnico que reconoce avances reales en crecimiento sostenido, manejo prudente de la deuda y fortalecimiento institucional. En un entorno global desafiante, donde la incertidumbre golpea incluso a economías más grandes, este ascenso es mérito ganado.
El nuevo rating nos acerca al codiciado grado de inversión. Aumenta la credibilidad internacional, mejora el perfil de riesgo y abarata potencialmente el acceso al crédito, tanto para el Estado como para el sector privado. También confirma que políticas públicas consistentes —cuando se sostienen en el tiempo— dan resultados tangibles.
Pero no conviene olvidar el caveat que la propia Moody´s subraya: el país aún opera con una base fiscal estrecha, vulnerable a choques externos y con ingresos públicos por debajo del promedio regional. Alcanzar una economía verdaderamente robusta exige reformas estructurales, especialmente en materia tributaria y eficiencia del gasto.
La nota sube, pero el examen no termina. Es momento de celebrar sin dormirse, y de seguir construyendo —con responsabilidad— la ruta que lleve a República Dominicana a la categoría de inversión plena.