El drama de las familias rotas
Paternidad irresponsable, cuando el deber se convierte en demanda
Más de mil mujeres acuden cada mes a los tribunales dominicanos para reclamar lo que nunca debió ser materia de litigio: la manutención de sus hijos. El dato, revelado por Diario Libre, dibuja un país donde la paternidad se ha convertido, para demasiados hombres, en un acto biológico sin consecuencias morales ni económicas. La irresponsabilidad paterna es solo un drama doméstico y un fracaso colectivo que erosiona los pilares de la sociedad.
Cada demanda revela una historia de abandono, de niños que crecen con ausencias en la mesa y en el alma, de mujeres que además de criar deben mendigar justicia. La ley, aunque clara, se vuelve lenta; y la sanción, por justa que sea, nunca compensa la infancia desprotegida.
Se trata de un patrón que fragmenta el tegumento social, agrava la pobreza y perpetúa ciclos de desigualdad. La familia, célula fundamental del desarrollo humano, se desintegra cuando la responsabilidad se delega al azar o a los tribunales.
Esta epidemia de paternidad ausente se combate con leyes, pero sobre todo con un cambio profundo en la cultura afectiva, en la ética del compromiso y en la idea misma de masculinidad. Ser padre no es engendrar: es estar, sostener, acompañar. Todo lo demás es huida.