Informalidad en el mercado laboral
Formalizar el empleo es sinónimo de dignidad y futuro para el país
La informalidad laboral sigue siendo una de las sombras más densas de la economía dominicana. Más de la mitad de los trabajadores del país permanece al margen de la seguridad social, sin contratos que respalden sus derechos ni acceso garantizado a prestaciones médicas o pensiones. Este es un drama silencioso que debilita la cohesión social y erosiona las bases de un desarrollo sostenible.
En la vida cotidiana, la informalidad significa inestabilidad y vulnerabilidad. Son empleos precarios, con ingresos bajos e inciertos, donde la posibilidad de mejorar depende más del azar que de las oportunidades creadas por un sistema productivo sólido. Para el Estado, implica menor recaudación y menos capacidad de invertir en educación, salud e infraestructura.
Estamos ante un círculo vicioso y no una simple estadística. Se trata de rigidez en el mercado laboral, costos elevados para formalizar pequeñas empresas, trámites engorrosos y una cultura de supervivencia que empuja a muchos a permanecer fuera del marco legal.
Romper con esta inercia exige políticas integrales: simplificación de trámites, incentivos escalonados a la formalización, protección gradual a micro y pequeñas empresas, y un esfuerzo sostenido de inspección y educación laboral. Toda una reforma laboral a fondo. El país no puede resignarse a convivir con la precariedad como norma. Formalizar es garantizar dignidad y futuro.